¿Alguna vez has sentido la imperiosa necesidad de devorar un alimento nada más verlo o tan sólo pensando en él? Si tu respuesta es afirmativa sabes lo culpable que sueles sentirte después. ¿Por qué sucede esto?
Cuando terminas de devorar todo el alimento te das cuenta de que no has comido por necesidad sino por ansiedad. Se ha apoderado de ti esa sensación ansiógena que te ha hecho buscar un refuerzo externo tan rápido como sea posible y en la mayor cantidad.
Es por eso que has comido todo el alimento y no la cantidad que te hacía sentir bien. Es por este mismo motivo por el que al terminar de devorar esa comida te sientes mal. No sólo culpable sino mal, ya que tu estómago ha recibido una cantidad enorme de alimento en comparación con lo que sería saludable para él.
La ansiedad que te hace comer puede estar provocada por muchos factores. Desde el hambre acumulado por comer muy poco a cualquier hecho emocional que te ha desequilibrado y te ha hecho “quererte” dándote comida. Lo más habitual suele ser comer por nervios, pero también por aburrimiento, preocupación, monotonía… Al fin y al cabo, comer no es más que una forma de cuidarte, de quererte, de darte lo que crees que es mejor para ti en ese momento.
A nadie le gusta que le dominen. Si el alimento fuera una persona le llamarías dictador. A nadie le gustan las dictaduras. A nadie le gusta que le digan qué tiene que hacer. Pero todo eso lo hace ese alimento. Cada vez que entra en tu mente te dice “cómeme” y tú lo haces. ¿Cómo puedes parar esta dictacura sobre tu alimentación?
Tu mente es la clave. De hecho, todo en tu vida tiene como clave el componente mental. De cómo gestiones cada situación dependerá el éxito o el fracaso de la misma.
Todo patrón repetido, que realizas automáticamente, es un hábito grabado en tu mente subconsciente, esa misma que se encarga de que hagas cosas perfectamente sin ni siquiera darte cuenta. Simplemente son cosas que haces tan habitualmente que las haces automáticamente porque para ti no requieren un nivel de concentración o dificultad excesivo. Es por eso que no eres consciente de ellas, pero las estás haciendo. Tu mente está dirigiendo todo el proceso para que las hagas.
Por tanto, si la mente es la responsable, trabajemos en ese nivel subconsciente que se encarga de tus hábitos proponiéndole y grabando nuevos hábitos más saludables para ti a través de herramientas que trabajen con el subconsciente.
En mi experiencia personal y profesional, una de las herramientas más eficaces para lograr esta tarea es la hipnosis. Resultados como el de Leo, quien escuchó la hipnosis Control y Pérdida de Peso, seguro que te animarán a ver que realmente tienes una posibilidad de conseguir algo diferencial con la hipnosis.
¿Para qué más cosas sirve la hipnosis?
Eso es lo mejor. Sirve para todo. Mejor dicho, para cualquier meta que establezcas en tu mente.
Cuida todos los aspectos de tu alimentación para asegurar tu éxito
Evita tropezar siempre en la misma piedra rompiendo la dictadura a la que te someten determinados alimentos perjudiciales para triunfar en tu dieta.
Y sobre todo confía en que lo vas a lograr. Y eso será muy fácil cuando vayan llegando progresivamente tus buenos resultados pero mientras tanto confía educando a tu mente en el ejercicio de la confianza en lo que realizas, lo que disparará tus posibilidades de éxito.
