¿Cómo superar mentalmente una lesión?

En el deporte, tanto a nivel profesional como amateur, es habitual que tras una lesión el jugador vuelva con miedo a una recaída. Cuanto más doloroso ha sido el proceso de recuperación más miedo hay a volver a empezar de cero recayendo. A nivel físico, muchos jugadores reciben el alta médica cuando a nivel mental aún no están listos. Esto provoca que jueguen con miedo, con inseguridad, con la creencia de que esa zona lesionada es débil.

Resulta como ejemplo el caso de Raul López (base actualmente del Bilbao Basket), quien tras lesionarse una rodilla y sufrir un extenso período de recuperación terminó lesionándose la otra rodilla como consecuencia de sobrecargar ésta ante la creencia de que la rodilla lesionada en primer lugar era débil. Ésta es una consecuencia física de una creencia limitante a nivel mental, no obstante, más importantes son las limitaciones al propio juego y felicidad del jugador en el día a día.

Una lesión consecuencia de un miedo a recaer es la guinda del pastel, la punta del iceberg. Hasta llegar a este punto extremo el jugador ha atravesado un período de desconfianza, de miedo, de secuestro emocional, que le impide acceder al máximo rendimiento de su potencial en su propio juego. De aquí deriva que el jugador no juegue a tope por miedo a romperse de nuevo.

Vemos que la dimensión mental es la que más atención necesita tras una lesión, pues pese a estar la lesión físicamente recuperada la mente hace una mala gestión del físico y no te permite brillar. Por tanto, nos encontramos ante un problema de importancia que paradójicamente no se trabaja como se merece en la mayoría de casos, atribuyendo al alta médica las propiedades terapéuticas de un trabajo psicológico.

La superación mental de una lesión consiste en dotar de herramientas al jugador para que vuelva a grabar en su subconsciente la creencia de que es, no el de antes, sino una versión mejorada. Su cuerpo ha superado un proceso de rotura y él ha superado todo esto para estar de nuevo disponible para la práctica deportiva. A nivel mental, es clave trabajar el concepto de “versión mejorada”, pues lo que muchos deportistas interpretan tras una lesión es “versión deteriorada”, creencia con más dominio sobre su gestión del potencial si han castigados en exceso por las lesiones.

No existe un protocolo pormenorizado de actuación en todas las lesiones ya que cada deportista interpreta y vive esta situación de modo diferente. Es clave atender a lo que dice el jugador recuperado, en qué términos se expresa, cómo ve su realidad, qué debilidades percibe para entenderle y hablar su mismo idioma. No merece la pena discutir con alguien. No vas a ayudarle convenciéndole a viva voz de que ha mejorado. Necesitas dejarle que él mismo lo compruebe.

La exposición al contexto donde se lesionó, la realización de ejercicios que no haría un lesionado y la evolución estadística de su rendimiento son datos objetivos que sirven como apoyo al trabajo psicológico. No dejan de ser una red de salvación a la que recurrir en caso de caída de la confianza pero no es más que eso. El verdadero trabajo es el de las creencias, el de las sensaciones, el de la interpretación del entorno propio y ajeno que hace el jugador e identificar en estos escenarios los factores que interpreta como aversivos para neutralizarlos y permitirle vivir la experiencia de liberación a la hora de jugar.

Coaching Deportivo

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