La crisis económica desanima a denunciar el mobbing

Los trabajadores que son acosados en su puesto laboral tendrían ahora “más miedo” a revelar su situación debido a la crisis económica que se atraviesa actualmente a nivel internacional donde “es más probable que la gente haga de tripas corazón y aguante más de lo que normalmente aguanta”, según indicó el psicólogo canario José Manuel Alemán a Europa Press.

   “En una coyuntura como la actual donde hay mucha inseguridad laboral por la pérdida del puesto de trabajo, parece que es más probable que la gente haga de tripas corazón y aguante más de lo que normalmente aguanta”, apostilló Alemán.

   Asimismo, indicó que desconoce si el mobbing crecerá o no con la situación económica; sin embargo, señaló que lo que “probablemente produzca es que haya aún más miedo a revelarlo porque el miedo a la pérdida del trabajo es aún mayor y la dificultad para encontrar otro es mayor también”, ya que la situación económica de las personas hace “más complicado” que el trabajador ponga “en riesgo su puesto”.

   En cuanto a las personas que deciden acudir al psicólogo por percibir que podrían estar siendo víctimas del acoso laboral, Alemán apuntó que el número de gente que llega a la consulta por este tipo de casos “es relativamente bajo” para el número de personas que se prevé que lo sufren.

   Asimismo, explicó que los trabajadores con síntomas “muy evidentes” acude, por lo general, a la consulta de su médico que le receta “algo para que se calme y ya está, se queda ahí”.

   Respecto al hecho de que las personas no denuncien este tipo de acoso se debería, según Alemán, porque se trata de algo “relativamente nuevo que, muchas veces, salvo en expresiones más directas puede pasar desapercibido”, ya que “no es algo tan evidente” como un maltrato físico e incluso, dijo, que a veces pasa desapercibido para quien sufre el mobbing. “De hecho, muchos se suelen autoculpabilizar de la situación”, sentenció.

   En este sentido, añadió que también podría influir el hecho de que “salvo en casos extremos, es muy difícil de demostrar” porque normalmente se hace a través de testigos que son también trabajadores y temen perder su puesto al igual que el acosado. Añadió que cuando no denuncia pero sí recibe tratamiento psicológico escondiendo el motivo de su estado, el psicólogo normalmente lo percibe como un caso de ansiedad o de estrés.

FASES Y PROTOTIPO

   Por otro lado, señaló que “hay mil formas de acoso y mil formas” de responder al mobbing porque “no depende sólo de la persona que acosa sino de la persona que es acosada. Lo que suele haber, en general, de entrada es una reacción, principalmente, de angustia o de estrés, de ansiedad”.

   Agregó que, a veces, en las primeras fases la persona puede tratar de defenderse de la situación pero cuando el trabajador va percibiendo que la situación se prolonga, que sus intentos de solución no tienen ningún efecto, empezarán a aparecer síntomas “más bien depresivos”. El acoso normalmente se da en una situación de poder del acosador sobre el acosado.

   Al respecto, Alemán explicó que la persona entra en un estado de ‘indefensión aprendida’ donde haga lo que haga siempre recibe un castigo hasta llegar un momento en el que en la reacción se mezcla con el estrés y con el estado depresivo. “Cuando el hostigamiento es muy largo la consecuencia final casi siempre es depresión”.

   De todos modos, puntualizó que varía “muchísimo” dependiendo de la persona y la empresa, ya que “no es lo mismo” un acoso en una empresa grande donde hay una representación sindical importante y una política de empresa que trata de proteger al trabajador, que en una empresa donde esto “no se tiene en cuenta, donde la persona no tiene muchos recursos para defenderse”.

   Asimismo, reconoció que hay condiciones socioculturales que influyen para que se dé este maltrato aunque dijo que pasa lo mismo que con otro tipo de maltratos donde, incluso, en las sociedades “más avanzadas” en derecho y protección es un fenómeno –mobbing– que se da porque está demostrado que, aproximadamente, de “cada 100 personas hay 4 ó 5 que tienen un perfil de que si están en situación de poder tiende a machacar a los demás”.

   En cuanto al prototipo del acosador señaló que hay varios aunque en general suele ser un hombre, entre 40 ó 50 años, que se encuentra dentro de la empresa, en un mando intermedio, con un perfil sociopático, es decir, con dificultades para relacionarse con los demás, una inseguridad personal grande, ya que “es gente que necesita sentirse siempre superior a los demás para estar seguro aunque ante sus superiores pueda camuflarse y parecer de lo más normal”.

   Sin embargo, el maltratado “es más frecuente” que sea una mujer, trabajadora de base, que no lleva mucho tiempo en su puesto, y en el que el acosador detecta o bien una vulnerabilidad, una inseguridad, o bien se siente amenazado.

   Finalmente, Alemán subrayó que actualmente “es frecuente” que haya personas que están afectadas de alguna manera “si no por mobbing, sí por un cierto nivel de presión laboral o algún tipo de hostigamiento”.

Vía | Europa Press

  

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1 Comentario

  1. Hoy ante ls nuevos pradigmas del trabajo, todos los trabajadores debemos convertirnos en Prestadores de Servicios (le prestamos servicios al cliente) y además debemos <aprender a ser Empleables y no esperar que nos garanticen un trabajo fijo, somos nosotros que debemos ser capaces de mantener nuestro trabajo porque "nuestro cliente" nos necesita, quien no lo entiende así, es que se qauedó con los antiguis paradigmas. Les sugiero que se conviertan en psicólogos holísticos y podrán ayudar verdaderamente a que sus pacientes sean "verdaderamente" ayudados
    saludos
    Belusa

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