Mi experiencia usando hipnosis practicando running

Llevo desde comienzos de año practicando running. Estaba tan habituado a rutas en bicicleta de montaña que las rutas habituales se habían convertido en recorridos en los que no tenía que esforzarme. Se había vuelto monótono y me parecía menos atractivo como válvula de escape ya que no suponía un reto.

Decidí probar a hacer running, deporte que siempre había odiado sin practicarlo (ejemplo de creencia limitante). Mis primeras sensaciones fueron buenas. Un subidón de adrenalina que me enganchó. Poco a poco empecé a notar mejores sensaciones y a mejorar la duración de mis salidas.

Paralelamente mi cuerpo sufría por adaptarse y empezaron los frecuentes dolores producidos por sobrecarga muscular en las piernas. Conforme pasaban las semanas los dolores se hacían más frecuentes hasta que hace aproximadamente un mes empecé a notar un dolor alrededor de la rodilla derecha que me hacía detenerme. En algunas ocasiones el dolor se producía a los 10 minutos, en otras a los 40 y en otras tenía suerte y apenas lo notaba.

La cuestión es que ese dolor me había arruinado varias salidas, haciéndome volver antes de tiempo o caminando. De hecho, a nivel mental tenía me di cuenta de que mostraba un condicionamiento temporal y espacial al dolor, de modo que cuando llegaba al kilómetro de mi ruta en el que solía notarlo efectivamente el dolor comenzaba a hacerse presente. Ante este panorama me di cuenta del componente mental de mi dolor. Mentalmente no me permitía dolor y ni se me ocurriría pararme antes de hacer determinados kilómetros, por tanto, yo tenía control sobre ese dolor.

Esta mañana el dolor ha aparecido a la mitad del recorrido, ese punto en el que sé que he sudado lo suficiente, que me he esforzado y, por tanto, en el que tener que aminorar el ritmo no sabe a derrota. Sin embargo, he decidido que en la sesión de hoy la derrota era pararme en cualquier punto del trayecto así que el dolor no podía detenerme. Si me detenía equivalía a derrota y hoy no estaba dispuesto a perder.

Conforme seguía corriendo decidí hacer un ejercicio de hipnosis que practico habitualmente, en este caso aplicado a controlar el dolor. He realizado un anclaje manual a través de mis dedos conectando sensación dolorosa y control de la intensidad del dolor y he comenzado a experimentar esa bajada de la intensidad dolorosa. La rodilla, pese a saber que no estaba al 100%, no “se ha rendido”, ha seguido corriendo como si fuera el minuto 1 de carrera.

Conforme avanzaba realizando este ejercicio había períodos en los que no sentía nada de dolor con lo que he podido recrearme en esa sensación de control sobre el cuerpo y sentirme bien por haber evitado ese bache con sabor a perder que habría sido detenerme. A continuación ha habido algún intervalo en el que la sobrecarga ha vuelto a aparecer pero repitiendo el ejercicio el anclaje ha funcionado perfectamente y mi mente se ha centrado en el control en lugar de en el dolor.

Para reforzar la sensación de control he continuado con otro ejercicio de hipnosis (todo esto mientras corría) para eliminar pensamientos obsesivos. Mi intención era centrar mi mente en la eliminación del dolor sin necesidad de pensar en él. De ese modo, a nivel subconsciente no estaría destinando ninguno de mis recursos al dolor y eliminaría la sensación completamente. Objetivo conseguido.

Hipnosis Control del Dolor 2

En definitiva, el dolor es una opción. Exceptuando que mi pierna hubiera estado rota y no hubiera podido articular el movimiento de zancada, en cualquier situación puedes rebajar el dolor y tengo ganas de continuar reforzando esta sensación de control en la próxima sesión de running.

La clave para que la hipnosis funcione es la intención. Si realmente deseas conseguir algo, la hipnosis es una herramienta subconsciente ideal que sirve de medio de transporte para que tu intención (seguir corriendo) llegue a su destino deseado (terminar la ruta completa). Por eso es fundamental realmente querer llegar a esa meta.

De forma contraria funciona muy claramente. Si comienzo a sentir el dolor y me centro en él, cada vez lo sentiré mayor y tendré que pararme. Ese proceso define mi deseo encubierto de pararme. Realmente quiero pararme y me centro en el dolor. Por ese motivo me fastidia tanto la gente que intenta algo y se agarra fuertemente a cualquier contratiempo para rendirse. No porque no sigan el reto, porque eso es decisión suya, sino porque no son honestos consigo mismos. La honestidad sería reconocer que no desean alcanzar esa meta, que tal vez están satisfechas en el punto en el que están y no tienen necesidad alguna de “moverse”.

ESTA HISTORIA CONTINÚA EN

Running e hipnosis: nuevo reto superado

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