Un muro protege algo de valor para que no pueda ser dañado o robado por cualquiera. Cuando sientes que te han hecho mucho daño en el pasado decides colocar piedra a piedra un muro alrededor de tu corazón para que nadie vuelva a dañarlo.
[Tweet “El muro alrededor de tu corazón está puesto por un motivo: no ser herido/a“]
Injusto es, sin duda. Tanto para ti como para la persona que desea derribar ese muro y llegar a tu corazón. Sin embargo, ese muro está puesto ahí por una buena razón (no volver a sufrir) y sólo será derrumbado por otra buena razón. Y esa labor de demolición corre a cargo de quien construyó el muro.
[Tweet “Sólo quien construyó el muro puede demolerlo“]
Por más deseos que una persona tenga por que otra se deje querer y quite las piedras de ese muro, si la persona que sufrió en el pasado no quita piedras poco a poco la tarea será imposible.
Todo es una cuestión de tiempo y de química. Si hay esa química necesaria entre ambas personas para que la que se protege vea indicios de que puede estar tranquila y obviar su miedo a ser atacada la demolición del muro es posible.
[Tweet “Con tiempo y la química y confianza necesaria con otra persona es posible la demolición“]