Continúo buscando los límites de las aplicaciones de la hipnosis en mis sesiones de running. Tras aplicar esta herramienta con éxito para controlar la sensación de dolor a mitad de sesión hoy he vuelto a comprobar el mantenimiento de resultados conseguidos en la sesión anterior (si no sabes de qué estoy hablando puedes leerlo aquí).
El anclaje sigue funcionando perfectamente. Las molestias han sido mínimas durante toda la sesión, logrando completar tramos mucho más largos que en sesiones anteriores sin parar y, lo mejor para mí, a más velocidad. He conseguido bajar los tiempos sin trabajar específicamente el componente mental asociado a mi ritmo, por lo que he decidido hacer un trabajo específico en el camino de vuelta, con muchas subidas, y ver si podía contrarrestar el cansancio acumulado en la sesión con un nuevo anclaje potenciador de mi ritmo.
El resultado ha sido nuevamente positivo. Conforme profundizo más en este tipo de trabajo me doy cuenta que no necesito entrar en un nivel de profundización subconsciente para lograr resultados. La facilitación llega a un nivel subconsciente leve y nuevamente he podido ir haciéndolo sobre la marcha sin ningún problema.
En este caso he asociado mayor velocidad con un movimiento similar al de meter quinta velocidad en una caja de cambio de un coche. He elegido este anclaje porque es algo que ya tengo grabado como una asociación fuerte a una mayor sensación de velocidad. El resultado ha sido muy positivo y he conseguido hacer la vuelta a mayor velocidad que la ida.
Sigo buscando el límite a las aplicaciones del enfoque mental sobre el rendimiento físico y deportivo.
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