La friendzone es ese espacio en el que se siente atrapado quien desea ser más que un/a amigo/a para otra persona, pero por más que lo intenta no consigue su objetivo. Frecuentemente, esta relación involuciona, convirtiendo a la persona atrapada en la friendzone en alguien cada vez más retraído y que actúa para no molestar a la otra persona con cualquier comportamiento fuera de lugar en lugar de en función de sus deseos y necesidades de expresión.
El peligro de habitar en la friendzone es que cada minuto en ella te hace más difícil salir. Cada segundo que actúes como ese amigo/a, más motivos siembras para que la otra persona te sitúe en ella y, para tu desgracia, no te imagine fuera de ella.
Fíjate en el siguiente video:
“@VideoVineEs: La friendzone. https://t.co/LMlDu7oz9G” La friendzone: el enemigo histórico de la #comunicacionsexual. No te quedes atrapad@!
— Fco. José Navas Ainz (@mediAccion) agosto 4, 2014
¿Te has sentido identificado/a con ese chico? Seguro que sí, porque todos/as hemos sido alguna vez ese amigo atrapado en la friendzone. Todos hemos hecho:
- Sonreír constantemente, queriendo agradar a la otra persona.
- Conectar con esa persona a través de estar a su servicio para lo que quiera o insistir nosotros en anticipar sus necesidades. En definitiva, servirle/a.
- No saber cómo comportarnos.
- Intentar esporádicamente acercarnos a la otra persona y que ésta se extrañe por nuestro comportamiento.
- Sentirnos mal por no poder conectar con esa persona como nos gustaría.
- No entender qué está sucediendo.
- No saber cómo cambiar la situación.
- Tener claro que no queremos dejar de ver a esa persona con la esperanza de que algún día vea en nosotros algo más que una amistad.
Si estás harto de habitar en la friendzone tienes que estar dispuesto/a a derribar ese muro que tú mismo/a has creado.
1) Identifica tus necesidades
La palabra clave es “necesidades”. ¿Qué necesitas hacer o decir a esa persona? ¿Qué te gustaría vivir con ella? Identifícalo y no te conformes con menos, ya que menos no te hará feliz ni te permitirá sentirte fuera de la friendzone.
2) Comunícate
Nadie te lee la mente. Ni siquiera tú te entiendes muchas veces. ¿Cómo va otra persona a intuir lo que ni siquiera tú te has dicho a ti mismo?
Empieza comunicándote contigo mismo. Te dices qué quieres con esa persona. Repítetelo. Ya no es algo que alguna vez resuena en tu mente. Lo dicho tiene más fuerza que lo que sólo ha sido pensado. Dale fuerza a tu mensaje escuchándolo de tus propios labios.
A continuación viene la tarea más complicada, decírselo a la otra persona.
3) Sinceridad
Salir de la friendzone implica hacer cosas que no has hecho antes. Por tanto, olvídate de actuar como esa persona espera que lo hagas. Ese es tu antiguo yo, esa persona atrapada que tenía que hacer un paripé diario reprimiéndose cuando tenía enfrente a esa persona con la que deseas tener mucho más.
Habrá gente que te diga que utilices cualquier frase ocurrente pero corres el riesgo de decir algo que no deseas, de pasarte o de quedarte corto en tu mensaje. Yo te recomiendo que seas sincero/a.
Ya has realizado el acto de sinceridad contigo mismo, hazlo ahora con esa otra persona. Di lo que sientes, lo que te gustaría tener con él/ella a partir de ahora.
[Tweet “Empieza a hablarle de este modo: “Llevo tiempo deseando ser más que tu amigo/a…””]
4) Recoge los frutos
Tu esfuerzo habrá dado sus frutos en el momento en el que termines la frase anterior.
[Tweet “Siempre ganarás, suceda lo que suceda con esa persona.”]
Si desea tener algo más tendrás la oportunidad de disfrutarlo. Si no desea más que tu amistad estarás en una situación de poder para valorar si estás dispuesto a ser un amigo pese al coste de sentir frustración.
En cualquiera de estas dos situaciones habrás sido honesto/a contigo mismo/a. Habrás dado un paso adelante y será más difícil que en el futuro vuelvas a caer en esa cárcel llamada friendzone.
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