La crisis económica sigue provocando una batería de sinsabores. Uno más: desde el Colegio de Psicólogos de Madrid se advertía ayer que las consultas a estos profesionales han aumentado más de un 12 por ciento en los últimos meses. «Desde junio, concretamente», señala el presidente de esta organización colegial, Fernando Chacón. La pérdida del empleo hace que muchas familias madrileñas no puedan afrontar gastos financieros a los que se han comprometido. La hipoteca y la letra del coche son las más comúnes. Tal situación puede provocar desde la dificultad para conciliar el sueño hasta un cuadro depresivo en toda regla.
Los estragos de la mala situación económica ya han empezado a dar la cara. Según ha informado ABC, también ha aumentado en un 10 por ciento durante el primer semestre del año el número de familias que acuden al Monte de Piedad para empeñar objetos de valor. Además, se ha incrementado -en porcentajes similares- la compra venta de objetos de oro y en Cáritas han calculado que ha crecido en un 15 por ciento las personas que acuden a sus comedores o solicitan algún tipo de ayuda, en ocasiones para satisfacer las necesidades más básicas.
Trastornos físicos y psíquicos
Además de la inseguridad y la estrechez económica que supone la pérdida de empleo -o, simplemente, no poder hacer frente a la crisis económica porque el dinero no da para tanta subida de precios-, entre las patologías más habituales de toda esta situación destacan no sólo los trastornos del sueño, sino también los episodios de ansiedad y angustia o falta de apetito, así como dolores musculares y de cabeza. En el peor de los casos, se puede presentar una depresión.
Angustia, ansiedad, falta de sueño, de apetito y estrés, entre las patologías más habituales. Se puede llegar a la depresión
«Las consecuencias de perder el empleo y la inseguridad económica son tremendas. Estoy seguro de que muchas más personas irían a la consulta del psicólogo pero no lo hacen por falta de dinero», asegura Chacón.
Los psicólogos tienen su «receta»: «Buscar apoyo emocional y afectivo. Encontrar a quien escuche y ayude». Si, además, la ayuda es económica, permite un respiro pero sin olvidar, indican, que «esa es una solución transitoria porque el dinero hay que devolverlo».
Las consecuencias de la estrechez económica no parecen detenerse ahí. «El mayor problema es que crea niveles de incertidumbre extrema hasta llegar a casos donde la serenidad y la calma en la familia se pierde. Puede, incluso, aumentar la desestructuración familiar», asegura Pedro Santamaría Pozo, psicopedagogo y especialista universitario en Clínica y psicoterapia.
«El índice de separaciones y divorcios aumenta -añade- lo que conlleva a que las crisis en los adolescentes vayan escalando a niveles realmente preocupantes que se traducen en el amotinamiento en las aulas, con los profesores, así como en posiciones de enfrentamiento con los padres a todo lo que suponga normas y límites».
En definitiva, a juicio de Santamaría, la crisis económica y los daños colaterales que provoca -el desempleo, por ejemplo- crean un «ambiente de tensión» capaz de desestructurar emociones, familias y, además, de poner en entredicho la autoridad de los padres por parte de sus hijos. «Lo que estamos presenciando no es más que la punta del iceberg. Es necesario reactivar recursos específicos para ayudar a las familias a fin de desarrollar estrategias que les ayuden a resolver estos conflictos».
Absentismo escolar
Sin embargo, para este especialista, otros de los aspectos a tener en cuenta es la ruptura de la comunicación «por culpa de la ansiedad y el estrés que provocan opiniones extremas. Así, el nivel de convivencia disminuye y crea crisis en la familia de irremediable solución».
Reconoce Santamaría que la situación «genera trastornos psicológicos y fisiológicos. Surgen la ansiedad, el estrés y más patologías somáticas». Se puede llegar a una depresión y sería necesaria la intervención de un psiquiatra.
Y va a más: «Los casos de absentismo escolar pueden aumentar sino se ponen a tiempo los recursos y apoyos de tipo educativo, psicológico y social».
Hola:
Este breve artículo me llega en un momento más que oportuno. Aunque yo soy nacido en México, puedo aplicar “literalmente” todo este contenido de lo que se escribe en Madrid, a mi país México, a mi estado (Morelos)y a mi municipio (Cuernavaca)ya que por obra y gracia de un muy mal gobierno en turno (Felipe Calderón-Presidente de México y Marco Adame-Gobernador del Edo. de Morelos- ambos del Partido de Acción Nacional), voy a tener yo un buen empleo como Psicólogo Clínico y Educativo. Y no es que yo peque de optimista, pero es una ironía que mi país comience a vivir este gran crisis económica, para que yo atienda a cientos de pacientes (sobre todo adolescentes y adultos)que ya empiezan a llenar mi consultorio. Madrid, España y Cuernavaca, Morelos, México son similares.
Felicidades por su excelente Revista de Psicología.
Atentamente: Lic. en Psic. Jesús B. M..