¿Por qué?

Hay un hecho que he venido observando de un tiempo a esta parte y que me choca enormemente.

En las residencias de personas gravemente afectadas, donde conviven personas con discapacidad física y mental, hay grandes diferencias respecto a la formación de grupos.

Mientras que los enfermos mentales no discriminan a nadie porque básicamente actúan cada uno independientemente del resto, entre los discapacitados físicos ocurre una disgregación preocupante.

Los usuarios con este tipo de déficit muestran una evolución en la residencia que consiste en un período de adaptación donde se van vendiendo a distintos grupos (que con el paso del tiempo observas que no son verdaderamente grupos, sino aglutinaciones de gente con distintas características comunes, nada más), con el objetivo de ser incluido en el mayor número de ellos. Tras su inclusión en uno o varios pasan a una fase de estabilidad donde promocionan las relaciones sociales para desembocar en la preocupante última fase.

En ésta, los usuarios con discapacidad física adoptan una posición individualista en la que luchan por destacar frente al compañero. Parece un intento por negarse a sí mismos rechazando a aquel que comparte su discapacidad. Imagino que esto pasa a todos los niveles, pero… ¿en una población tan necesitada no sería más fácil la colaboración entre los propios miembros? Al ser demandantes de afecto, deberían valorar por igual el recibido por un capacitado que por un discapacitado.

Esto no sucede y la única explicación que encuentro es un, en muchas ocasiones, manifiesto comportamiento egocentrista, en el que buscan ser siempre el eje de todo acontecimiento para paliar la falta de protagonismo acumulada en fases previas de su andadura.

¿No tendríamos que poner todos un poco más de nuestra parte por favorecer la buena colaboración entes estos miembros? A fin de cuentas, quienes mejor pueden comprender a un discapacitado son aquellos que pasan por lo mismo.

Señalando directamente a políticos e instituciones, ¿no deberíamos de hacer algo ya? ¿Acaso hace falta que alguien famoso o poderoso socialmente pase por un trance de este tipo para fomentar los valores que harían más agradable el día a día de este tipo de población?

Hay mucha hipocresía. En teoría hay tantas actividades para los discapacitados que parece que quien no participa es porque radicalmente no quiere. Sin embargo, yo creo que hace falta un poco más de cariño y paciencia. ¿Acaso no es lo que pedimos todos?

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