Cuando algo nos molesta despierta nuestro desasosiego si es un hecho pequeño o aislado, pero si continúa en el tiempo o es de un tamaño mayor alimenta nuestra ira. Esa ira no va contra el hecho en sí, sino contra nosotros/as mismos/as, por la mala gestión que hacemos de esa situación. Dicho en castellano puto y fino: nos jode no tener cojones para solucionar lo que pasa.
Recientemente he comprobado que no siempre es bueno que la ira brote en el momento más inoportuno con la excusa de ser natural o auténtico/a. Comprobar el refrán “la venganza se sirve fría” es una satisfacción, siempre que no se haga con intención de vengar o fastidiar a quien nos pagó con su desdén, sino cuando se realiza con el espíritu de pasar página restando importancia a nuestro antiguo foco de rabia.
Dicho en otras palabras: compensa más el pensar “mi vida es un libro con muchas páginas y hoy paso a la siguiente” o “a otra cosa mariposa” en lugar de “voy a hacer esto para fastidiar a Fulanito o Menganita”. Diferencias evidentes: en el primer caso actúo para mí y en el segundo en función de los demás. No queremos vivir nuestra vida en función de otra persona que no seamos nosotros mismos, así que eliminemos ese deseo de hacer por o para “XXXX” (añadid el verbo que más os plaza) a “XXXX” (añadid el nombre que deseéis).
Esto se ve muy claramente cuando se trata de completar la frase anterior con un verbo “negativo” (joder, fastidiar, putear, etc. -mi castellano es muy rico, ya lo sabéis-). Sin embargo, también aplicadlo a un verbo “positivo”. Por ejemplo, la frase “Voy a llegar pronto a casa para hacer compañía a mi pareja” es tan nocivo como “Voy a putear a mi pareja porque no me deja estar con mis amigos/as”. En ambas estamos actuando en función de alguien que no somos nosotros.
Seguro que os vienen a la mente mucha situaciones en las que actuáis para otros/as en lugar de para vosotros/as mismos/as. Tratad de detectarlas y corregirlas porque a largo plazo os irán comiendo poco a poco u os convertirán en esa sanguijuela emocional que ninguno/a deseamos ser, sobre todo porque vive anclada en el miedo anticipado a perder su foco de dependencia. También tenéis otra opción que es seguir tratando de actuar para los demás. En ese caso seguramente os invada la rabia cuando os déis cuenta de que esto os obliga a despersonalizar vuestros deseos.
Cuando os déis cuenta de esto podéis gritar, golpear, chillar o llorar, lo que os plaza. Esta solución no será más que un parche porque no os hará desistir en vuestra conducta nociva, sino en prolongarla sintiéndoos como unos/as auténticos/as desgraciados/as. Para evitar esto yo os propongo buscar un cambio. Podéis lamentaros pero yo prefiero buscar el cambio, así sólo os lamentaréis una vez. El grito está muy bien pero es mejor la acción, es cuestión de estilo.
muy bien
Hola gente, me ha parecido interesante el articulo, y felicidades por esta web ,me ha enganchado.
A mi se me plantea un dilema con esto que se expone aqui, estoy totalmente de acuerdo con la frustracion de vivir en función de otros,la despersonalización, etc, pero me parece un comportamiento necesario, al menos en cierta medida, por nuestra propia percepcion de lo que esta ”bien”. En cuanto al ejemplo “Voy a llegar pronto a casa para hacer compañía a mi pareja” , ¿no es mas negativo si no nos lo planteamos asi y nos sentimos egoistas? ademas nosotros esperamos tambien este tipo de comportamiento por parte de los demas. A mi parecer cualquier tipo de relacion social (y especialmente si hablamos de relaciones de pareja) requiere un minimo de adaptación a la personalidad del otro (y no hablo de despersonalización sino de cambio de valores). Quizas interpreté mal el articulo. Si me pudierais dar algunas respuestas se agradeceria, soy estudiante de psicologia y estoy bastante interesada en el tema. Gracias!!!