Si usted sueña que abandona su hogar, a su marido o mujer, a un pariente cerano o a un amigo, deben temerse graves dificultades de orden afectivo, financiero, profesional, Conflicto de orden familiar, enfermedad de una persona de su entorno.
Es un sueño bastante frecuente y con infinidad de matices. En primer lugar debemos distinguir entre el vernos abandonados y el ser nosotros los que abandonamos a alguien o a algo.
Cuando el abandonado es uno mismo, suele tratarse de un mal sueño, a menos que nos veamos abandonados por gente poderosa, en cuyo caso indica la posibilidad de liberarnos de su dominio, lo que abre la esperanza de una vida mejor. También cuando en sueños nos abandona el (o la) amante puede significar una liberación semejante.
En todos los demás casos siempre augura problemas y dificultades. Así, si quien nos abandona es la madre, se tratará de dificultades materiales; si es el padre, que faltará la voluntad necesaria para emprender y llevar a cabo lo que se desea; si es el cónyuge, son circunstancias materiales difíciles que se están produciendo a causa de nuestras propias acciones.
Cuando somos nosotros mismos quienes abandonamos algo o alguien, significa que estamos viviendo atados a unos principios o hábitos ya deteriorados, o quizá que vivimos aprisionados por el medio ambiente, la familia o amistades que están coartando nuestras mejores posibilidades. –
Lo que abandonemos en este sueño nos aclarará cuál de dichas causas nos retiene prisioneros, y por lo tanto, de lo que debemos liberarnos o al menos modificar sensiblemente. –
Los sueños de abandono también pueden ser un aviso de que nuestra salud deja algo que desear en algún aspecto, por lo cual lo primero que debe hacerse ante semejante sueño es uno revisión médica que aclarará si lo que falla es la salud o nuestra actitud ante la vida.
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