Es una de las pesadillas más comunes y que prácticamente todos y todas hemos tenido alguna vez.
En el sueño, la cosa o persona que nos persigue suele representar un aspecto temible de nuestra sombra y, por tanto, una versión exagerada de una parte negada o inhibida de nuestra propia personalidad.Es, por tanto, una proyección de quien sueña.
Podemos sacar beneficio de este tipo de pesadilla si logramos reconocer y abordar esta parte.
La conclusión ideal de esta pesadilla sería no intentar escapar, dar la cara y dialogar al que nos persigue, aceptarlo y abrazarlo.