No tengo ganas de nada
Cuando no tengo ganas de nada me dejo ir. Es bueno darnos permiso para descansar cuando, está claro, que tenemos una vida en la que nos sobrecargamos. Es algo con lo que tenemos que coexistir. Ninguno vamos a ser tan sabios como para vivir en equilibrio permanentemente. Darnos cuenta de esta realidad nos humaniza y …