Un estudio revela que el consumo de tabaco en adolescentes depende de sus amistades

El número de jóvenes que empiezan a fumar al principio de la adolescencia puede reducirse hasta un 25% si se forma a los alumnos más influyentes de cada clase para que hablen sobre el tabaco con sus compañeros, según se ha observado en un programa piloto llevado a cabo con 10.730 alumnos de 59 institutos de Gran Bretaña. Ante el éxito del programa, cuyos resultados se presentan mañana en la revista médica The Lancet, la iniciativa se ha implantado en 50 institutos de Gales, en uno de Londres y a partir de septiembre se extenderá a la ciudad de Bristol, informó ayer Laurence Moore, especialista en salud pública de la Universidad de Cardiff e impulsor del proyecto.

“Que un adolescente fume o no depende en gran parte de lo que hagan sus amigos”, explicó Laurence. Por ello, los médicos pidieron a los alumnos de 12 y 13 años participantes en el estudio que dijeran a qué compañeros respetaban más, cuáles actuaban como líderes en actividades colectivas y a cuáles veían como modelos a los que les gustaría parecerse. A partir de las respuestas, seleccionaron a un 17,5% de los alumnos para participar en el programa de prevención del tabaquismo en su instituto.

Para evitar que se sintieran utilizados, “fuimos muy claros desde el principio sobre por qué les habíamos seleccionado a ellos y qué les pediríamos que hicieran”, explica Laurence. Unos pocos se retiraron, pero más del 90% aceptaron participar.

A estos que aceptaron, se les dio un pequeño máster de psicología: habilidades de comunicación verbal y no verbal, de resolución de conflictos, de aprender a escuchar… además de información sobre los problemas que acarrea el tabaco a corto plazo. Y se les pidió que, en las diez semanas siguientes, hablaran sobre el tabaco son sus compañeros en conversaciones informales.

Los resultados muestran que, en los meses siguientes, el número de fumadores fue un 25% más bajo en las clases donde se desarrollaron estas iniciativas que en clases donde no se llevaron a cabo. “Teniendo en cuenta que el coste es de 40 libras [50 euros] por alumno, nuestro programa es más rentable que los que se están realizando actualmente en institutos, y que obtienen resultados peores”, señala Laurence.

Pero “aún hay aspectos que mejorar en los que estamos trabajando”, reconoce. El más importante: dos años después del programa educativo, la diferencia en el número de fumadores entre las clases donde se desarrollaron las iniciativas y las otras se habían reducido del 25% al 15%. “Tal vez deberíamos repetir el programa de formación uno o dos años más tarde”, propone Laurence.

Deja un comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies