Agresiones

Hay muchas formas de agredir a otra persona. Los más puristas tacharán de agresivo a quien grite, chille, golpee, etc. Sin embargo, no es ésta la única forma de agredir.

¿Acaso no está también agrediendo aquel que ofrece alcohol a un adicto en proceso de recuperación?

¿Acaso no está agrediendo aquella persona que ofrece su manjar hipercalórico favorito a quien está intentando perder peso?

¿No se siente agredida una pareja cuando su compañero/a eleva a los altares las experiencias que vivió con su ex-pareja y las valora más positivamente que las que vive en el presente?

¿Acaso no agrede quien manifiesta a una persona en paro que lo más importante es tener un trabajo?

¿No es un agresor quien controla a su antojo a una persona sumisa que jamás se le rebelará?

Todos hemos sido, somos y seremos agresores silenciosos en un momento dado de nuestras vidas. Algunos pocos lo son activamente y estos reciben sobre sus hombros todo el peso de la ley y de la buena consciencia social pero, ¿por qué tanta hipocresía? ¿Por qué no actuar también sobre los que agreden sileciosamente? En ese caso, todos seríamos culpables.

La distancia que separa un juicio moral de nuestros propios defectos es directamente proporcional a la máscara que queramos ponernos. Es tu decisión elegir la máscara que quieres llevar o vivir con tu rostro al descubierto. Es tu decisión dejar de agredir o dejar de sentirte agredido/a. Es tu decisión. Es tu responsabilidad.

Por ello, no hay santos y demonios. No hay agresores y agredidos. Todos interpretamos todos los papeles, tan sólo varía el tiempo que empleamos en interpretar cada uno de ellos. Decídete y defínete. Ten valor de hacerlo y, con esta introspección comienza tu propia disección. ¿Te dará miedo ser tan mala persona? Seguro, pero no serás tan malo/a. Tampoco serás tan bueno/a. Serás tú, por mucho que eso te alente o desilusione.

Analiza tu forma de agredir. Analiza el modo y tu objetivo. Casual e irónicamente, los agresores pasivos son los que más reactivos son hacia las agresiones. ¿Sentimiento de culpabilidad? Da miedo ver delante de tus ojos aquello que tú haces. Más fácil es negarlo que afrontarlo.

Recibe mi más profunda pena si eres una persona cobarde y mi mayor respeto si no lo eres. Seas como seas (agresor, antipático, cabrón, reactivo, narcisista, etc.) serás ante todo valiente y consciente.

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