LEE EL PROCESO EN ORDEN
Una vez que identificas a esa persona que te agrada tu cuerpo muestra su interés en ella a través de tu sonrisa. Es algo para lo que estamos genéticamente predispuestos, a transmitir nuestra emoción. Esto no significa que podamos controlar nuestra sonrisa para no ser evidentes. Sin embargo, cuando esto se hace un correcto análisis e interpretación no verbal nos revela que esa persona está conteniéndose, por lo que para el ojo experto queda evidente “el paripé”.
La sonrisa que muestres no tiene por qué ser claramente visible por la otra persona. De hecho, la timidez muchas veces juega a sabotearnos y es frecuente sonreír ocultando la sonrisa tras nuestra mano o girando la cara hacia el lado contrario de esa persona que ha dibujado la felicidad en nuestro rostro. Muchas mujeres reconocen que hacen esto por no parecer “excesivamente interesadas” en otra persona, ya que entienden que eso conecta con la sensación de “parecer fáciles”.
Como puedes apreciar, estamos educados para obstaculizar un proceso natural. Todas las personas buscamos conectar con quien es de nuestro interés y a veces parece que hacemos todo lo posible para impedirlo, por mucho que deseemos precisamente lo contrario.
En el proceso de seducción la mujer marca el ritmo
En un 90% de las ocasiones el proceso de seducción está iniciado por la mujer desde un enfoque de permisividad. Es ella quien permite a la otra persona que se acerque, quien “invita” con sus indicadores de interés evidente (esa sonrisa) que eres de su agrado y puedes aproximarte con algo menos de miedo a fracasar.
Palabras claves en hombres: miedo y fracaso. ¡Cuántas oportunidades de conectar con alguien maravilloso se han dejado perder por ese miedo a fracasar! Si existiera una cuenta de todas las ocasiones en las que nos ha sucedido nos sorprenderíamos de ver un número tan elevado, ya que no solemos tener la sensación de haber dejado pasar tantas oportunidades. ¿Saber por qué?
Los hombres tardamos en atender a las señales
Muchos hombres dicen que no tienen opciones, que no interesan, que las mujeres no se fijan en ellos… porque no están pendientes de las señales. Estadísticamente, todos gustamos a alguien. Suele pasar que a veces gustamos a quien no nos gusta, por lo que al no ser un sentimiento recíproco anulamos a esa persona de nuestra estadística. Éstas son las pequeñas trampas que el sabotaje pone en nuestro camino para alimentar el miedo al fracaso y convertirlo en un monstruo mayor de lo que debe ser, presente en muchos momentos en lugar de aparecer de refilón únicamente en pequeñas franjas de tiempo en momentos puntuales.
Muchos hombres no se dan cuenta de que una mujer le sonríe. No intepretan correctamente un gesto tan fácilmente reconocible como una sonrisa.
Explicaciones:
- Quien se siente poco atractivo interpreta las sonrisas de otras personas (aunque estén mirándole fijamente) como consecuencia de otra persona, circunstancia o cualquier otro motivo salvo él/ella mismo/a. Es la forma de dar congruencia al discurso interno que se repite en la mente, con un eco cada vez más intenso, que dice “no gustas a las mujeres” o “no gustas a los hombres”.
- Genéticamente los hombres somos menos observadores del detalle que las mujeres. Esto no significa que un hombre no pueda llegar a ser un observador, sino que necesita más entrenamiento en ello.
- Miedo a tener una oportunidad. Quien siente que no tiene juego, que no es capaz de seducir a alguien, que no tiene nada interesante que ofrecer en una conversación, tiende a evitar situaciones en las que ese miedo sea más intenso. Por tanto, si crees que no eres un seductor evitarás comprobar si efectivamente eso es así. Cada vez te situarás más en esa zona de confort en la que no tienes que intentar nada pues partes de la convicción de que no eres bueno en ello… pese a que no lo has intentado.
Puedes gustar a esa persona y… cortar el proceso de seducción en el paso 2
Si no te das cuenta de esa sonrisa, de ese signo de interés, si no crees en que tienes oportunidad de pasar un buen rato hablando con esa persona cortarás el proceso de seducción en este paso 2.
Nuevamente, igual que decía en el paso 1, volverás a bajarte del tren de la seducción, en este caso en la segunda parada. El trayecto consta de 5 paradas. Esta vez ha estado más cerca que en el paso 1 pero aún así has decidido sabotearte.
Un secreto: quien cree en sí mismo, llega al paso 3, independientemente de que vea esa sonrisa en el rostro de la otra persona o no. No se guía por indicadores externos sino por indicadores internos positivos como son el estado de bienestar que produce el dejar salir esa parte de ti que está deseando conectar con alguien.
Próximo artículo: Paso 3 del proceso de seducción
FAQ Seducción
¿Por qué me saboteo a mí mismo/a?
Mujeres: ¿Por qué no se me acerca nadie interesante?
Hombres: ¿Por qué fracaso al acercarme a una mujer?
¿Cómo saber si esa mujer está interesada en mí?
¿Cómo saber si ese hombre está interesado en mí?
¿Cómo saber si alguien no está interesado/a en mí?
¿Cómo conecto con él/ella?
¿Cómo puedo saber si tiene pareja?
¿Me miente o me dice la verdad?