Creo que a todas las personas con las que he trabajado les he dado este consejo. Vivir para hacer feliz a otros es algo precioso pero si el precio a pagar es no atendernos a nosotros mismos se convierte en una tortura porque el único punto de valía de nuestra existencia será lo bien valorados que estemos por otras personas. No caigas en la trampa. Empieza hoy a trabajar por ti mismo/a.