UNA VIDA DE CUENTO QUE NO DA LA FELICIDAD
Este síndrome lleva el nombre de la Cenicienta, personaje de cuentos folclóricos e infantiles europeos colectados por Charles Perrault y los hermanos Grimm, llevado al cine inicialmente por The Walt Disney Company en la película homónima. Se basa en la idea de las mujeres que retratan en la historia, por ser hermosas, elegantes y amables, pero que no pueden ser personajes fuertes ni independientes, y que deben ser rescatadas por una fuerza externa, por lo general un hombre (por ejemplo, el Príncipe).
LA VIDA DESEADA ES AQUELLA CON UN PRÍNCIPE
El síndrome encuentra su punto de máxima expresión cuando la mujer decide que por sí sola no es suficiente para ser feliz y, por tanto, deja en pausa su vida hasta que aparece en escena ese príncipe azul a través del cual vivir la vida que se merece. Mientras que éste no aparece, su vida es vivida en desgracia, en espera de la recompensa vital encarnada en el ser amado que la proporcionará la vida que merece.
LA MAYOR PESADILLA: ESTAR SOLA
Afecta fundamentalmente a aquellas mujeres que han recibido una herencia vital a través de la cual el sentido de la existencia es vivir junto a otra persona que supla las carencias individuales. Por tanto, su punto de partida es negativizar al individuo frente al poder positivo de la pareja. Esta premura por elegir pareja desemboca en problemas matrimoniales ya que la convivencia no da la felicidad pese a haber alcanzado el objetivo de Cenicienta: encontrar al “príncipe”.
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