En vísperas a las próximas y tan esperadas elecciones a la Presidencia de los Estados Unidos, y desde la distancia puramente objetiva que imprime la ciencia grafológica, no he podido menos que acercarme a los autógrafos de los tres candidatos, Obama, Clinton y McCain, tan diferentes entre sí, pero tan sumamente fascinantes, entusiastas y no menos carismáticos todos y cada uno de ellos. 
BARACK OBAMA
Podemos encontrar en el candidato Obama a una personalidad dotada de una inteligencia prodigiosa y de una notable capacidad de análisis, bajo el imperio de la lógica y el pragmatismo, y sin dejar por ello de lado al duende intuitivo y no exento de emotividad. Le caracteriza asimismo un ego o autoconcepto altamente carismático, que desea ser reconocido y elevado a los pedestales del elogio y la admiración, y que pone un velo traslúcido a la sencillez y simplicidad que imprime a su imagen más social y más pública.
Destaca el detalle de que el mencionado ego, el retrato de la personalidad más íntima y familiar de Obama, se encuentra disociado y se tambalea entre el deseo de reconocimiento y el miedo al rechazo, entre el “quién realmente soy” y el “quién esperan que sea”.
El autógrafo pinta a un personaje íntegro, líder conciliador socialmente entregado y afectivo, pero a su vez diplomático, escurridizo, esquivo, reservado y empapado de dudas en lo que a su intimidad y autoconfianza de su ser interno se refiere; dudas éstas que generan una lucha interior no ausente de reminescencias de batallas del pasado.
HILLARY CLINTON
En Hillary Clinton imperan el equilibrio y la transparencia, la estabilidad personal proporcionada por la gratificante sensación de gozar una afianzada seguridad en sí misma, de tener las ideas claras y una autoconfianza que no da lugar a duda alguna.
Esencialmente racional y pragmática, Hillary se lo piensa bien a la hora de actuar y quizás es esa ausencia de pasión y de impulsividad lo que le hace dar apariencia de ser una mujer tajante y fría. Su personalidad se muestra tal cual, sin velos ni reservas, asomada al esbelto torreón de un cierto orgullo bien matizado por los éxitos conseguidos, y de la confianza ciega en las metas por lograr.
Es muy inteligente e idealista, pero su ambición hacia esos ideales no se dispara, sino se asienta serena y paciente para observar con detalle y preparar la estrategia con seguridad, integridad y dando el debido tiempo al tiempo.
Se pinta a Hillary pues como a una líder carismática con intensos ideales pero que no por el influjo de estos deja de mantener los pies sobre la tierra, como a una luchadora nata, dotada de la paciencia con que el depredador espera al acecho para conseguir su presa, con la afilada inteligencia y visión del águila, y con la aparentemente estática agilidad mental del implacable estratega.
JOHN McCAIN
McCain destaca por su espíritu activo, su mente inquieta y su excelente creatividad. Puede afirmarse que podría ser tan imprevisible como un niño. Es un ser tremendamente emotivo, más vulnerable de lo que pudiera parecer pero, a la vez, despierto, inquieto, e inquietantemente sorpresivo.
Su personalidad está también caracterizada por un bien ornamentado ego que le imprime carisma y una cierta vanidad entendida como disfraz de la desconfianza.
McCain es impulsivo, pasional y socialmente afectuoso, pero desde la evasión y la diplomacia. Es escurridizo y endulza esa huida y esa desconfianza, tanto de los demás como de los posibles conflictos, con fantasiosos ideales y ágiles maniobras creativas.
En definitiva, es McCain un líder amable, social y con excelentes habilidades para las relaciones interpersonales y de negociación. Su mente analítica, ágil y creativa, su capacidad para el trato afable y su notable inteligencia tanto racional como emocional, hacen de él un líder con carisma no autoritario sino conciliador desde todos los puntos de vista.
Sandra Mª Cerro
Grafóloga y Perito calígrafo
www.sandracerro.com
ha ganado Obamaaaaaa!!!! JODER HOY ES UN GRAN DÍA!!!!!!!!!!!!