¿Escuchas la palabra hipnotizar y te transportas a esos programas de TV donde un señor con un péndulo hacía que otra persona cacareara cual gallina? Eso es hipnosis de espectáculos. No es hipnosis clínica, como se ejecuta en terapia. De hecho, esas personas que aparecían siendo hipnotizadas en TV habían sido en su mayoría sugestionadas previamente a una serie de estímulos condicionados puestos en práctica en el momento del espectáculo. A su vez, ese grupo condicionado estaba formado por las personas más sugestionables que conformaban un muestreo mayor de personas. En definitiva, eran las personas que más fácilmente iban a ser hipnotizadas. Eso daba lugar a que entraran rápidamente en trance y de ahí su valor como participantes en espectáculos.
Tú entras cada día en estado de hipnosis, por ejemplo, cuando estás esperando que se ponga el semáforo de peatones en verde y por un momento te evades de que estás en plena calle y te sientes inmerso en tus pensamientos. De pronto ves que la gente pasa por el paso de cebra y te das cuenta de que el indicador de peatones está en verde y sales de ese estado de abstracción.
La hipnosis es una forma de denominar a ese estado de evasión del aquí y ahora, perdiendo la consciencia de dónde estás y viviendo en tus propios pensamientos y todo lo que rodea a las proyecciones que genera tu mente. La importancia de hipnotizar en terapia radica en que trabajas directamente sobre la responsable de tu visión de la realidad: tu mente.
La mente funciona de acuerdo a unos patrones establecidos que una vez los conozcas puedes usar para favorecer el cambio personal de otra persona. Hipnotizar está a tu alcance conociendo estos patrones. Hoy te voy a dar la clave de uno de ellos: la teoría de las 4 afirmaciones.
¿Quieres hipnotizar a alguien usando esta teoría? En ese caso escucha este podcast y toma nota de cómo aplicar estos conocimientos.