La contemplación es algo que me ha interesado más conforme he avanzado en mi proceso de autoconocimiento, ese proceso que jamás se concluye. Al principio me resultaba confuso diferenciar la contemplación de la inacción, pero son términos que no tienen nada que ver.
La inacción se basa en la inactividad, pasividad, ausencia de movimiento vital, emocional, espiritual y físico.
La contemplación se basa en no interferir sobre los procesos que repercuten sobre ti, en comprobar el resultado del proceso sin que tú actúes para manipular el resultado.
La contemplación es la forma de conocer la realidad que te rodea y verificar hasta qué punto esas dinámicas que consideras instauradas realmente lo están. ¿Hasta qué punto todo lo que das por hecho se ve influenciado por tu papel condicionando el resultado? La respuesta a esta pregunta se haya a través de la contemplación.
Yo llegué a interesarme por la contemplación a partir del concepto de interferencia recogido en la obra del Dr. Wayne Dyer. De hecho, te recomiendo que si te interesan estos conceptos leas el post sobre el rol tóxico: la interferencia , escuches el podcast sobre el engaño de la interferencia y veas la película El Cambio donde estos conceptos aparecen desarrollados.