El poder de decidir

Decidir te da la llave para abrir y cerrar las puertas que dan acceso a tu vida y que a su vez conectan tu vida con la de otras personas, metas y destinos.

Nos programan para vivir dentro de la ilusión del libre albedrío. Lo que tenga que venir vendrá. Y eso es cierto siempre que decidas abrirte a que esa opción venga a ti. Si quieres que crezca una flor has de plantar una semilla. La decisión es esa semilla que hace posible la opción de que germine esa posibilidad en tu vida.

Decidir a veces nos cuesta. Estamos anquilosados en la dinámica casi robótica de vida enmarcada en el estilo capitalista de vida. Tenemos que ser seres productivos para la sociedad (generando ingresos a través de impuestos, generalmente) y no nos enseñan a ocuparnos de nosotros mismos.

¿Dónde queda nuestro bienestar? ¿Le importa a un estado que sus habitantes sean felices? Me atrevería a decir que su mayor preocupación es que haya el número necesario de personas que paguen impuestos y desaparezcan aquellas que suponen una carga para las arcas del estado.

Decide qué tipo de persona quieres ser. Que sea una decisión tuya, no de tu estado, de la norma social, de la presión social. Medita y actúa en consecuencia.

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