Los expertos abogaron por una mayor formación en habilidades comunicativas para los futuros sanitarios · Es “fundamental” que éstos sean capaces de “gestionar sus propias emociones”
La sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía vivió ayer el inicio de la segunda semana de sus cursos de verano, en la que se impartirán hasta el próximo viernes un total de seis seminarios de diferente temática. En uno de ellos, titulado ‘Habilidades de comunicación en la práctica médica’, el director del ciclo y responsable de la Coordinación Autonómica de Transplantes de Andalucía, Manuel Alonso, destacó la importancia del papel de la relación entre el médico y el paciente “para que el acto terapéutico sea feliz”.
Junto a esto, Alonso censuró que la formación a los futuros profesionales de la salud en temas de comunicación “es insuficiente” y reivindicó la inclusión en los planes de estudio de las Facultades de Medicina de “una asignatura obligatoria” que profundice en este ámbito. Además, abogó por ampliar este curso a otros campos laborales y para otros perfiles de alumnos, ya que, a su juicio, las habilidades de comunicación son “muy importantes para cualquier actividad profesional”.
El seminario se marca como objetivos, según palabras de su director, “facilitar la comunicación y la relación” entre el médico y el paciente, así como “instruir en habilidades de comunicación”, algo “básico para cualquiera, pero aún más para los profesionales de la ciencias de la salud”. Ya dentro de la programación, la jornada de ayer tuvo como punto principal de debate el autocontrol de las emociones como un instrumento para conseguir un mejor resultado en la interacción entre médico y paciente, una ponencia que corrió a cargo del psicólogo y profesor de la Escuela Andaluza de Salud Pública José Luis Bimbela. En su intervención, Bimbela señaló que es “fundamental ser capaz de saber gestionar las propias emociones”, puesto que “es difícil hacer una buena comunicación desde la rabia o la angustia”
Asimismo, el psicólogo indicó que “igual que la gripe, las emociones se contagian”. Por esto, declaró que a la hora de tratar de transmitir “la motivación y el entusiasmo” necesarios para afrontar una enfermedad o seguir un tratamiento, es “fundamental” que el sanitario “también sienta esa motivación”, porque de lo contrario “estaría contagiando mi ansiedad, mi impotencia y mi rabia”. De esta manera, Bimbela aseguró que “si el sanitario no es capaz de gestionar y convertir esa rabia en seguridad o tranquilidad va a ser difícil que haya una buena atención” aunque éste “tenga muchas habilidades de comunicación”.
A este respecto, el profesor del Esap añadió que es “compatible y bueno” que “los sanitarios tengan una formación en habilidades emocionales que le permita gestionar sus propias emociones y las del paciente”. Para el ponente, que los profesionales médicos adquieran este tipo de conocimiento es independiente y a la vez complementario de que haya psicólogos “que hagan su trabajo con sus objetivos específicos”, puesto que “un mínimo de formación en habilidades emocionales facilita mucho cualquier interacción a segundo nivel”.
Además, Bimbela afirmó que “la comunicación es tecnología punta, más punta que cualquier otro tema”, e incidió en la necesidad de que es necesario el aprendizaje en habilidades de interacción entre individuos “en las carreras que tienen que ver con la comunicación a personas”. Al hilo de esto, el psicólogo pronosticó que “dentro de unas décadas se asombrarán de que los sanitarios tengan que aprender esto en un curso de postgrado de una semana”.
Por otra parte, Manuel Alonso señaló que “una de las labores fundamentales” del organismo que dirige, la Coordinación Autonómica de Transplantes de Andalucía, “es que la sociedad diga sí a la donación de órganos”. Así, afirmó que “con la ayuda de todos los agentes sociales implicados” en Andalucía se ha conseguido reducir el índice del rechazo a las donaciones, pasando del 40% de hace doce o trece años al “16 ó 18 por ciento” actual. Asimismo, destacó “el papel básico” de la comunicación en este ámbito, y aclaró que la evolución de este dato no se debe a que antes los andaluces “fueran menos generosos, sino que estaban peor informados”.
Junto a esto, volvió a destacar el valor de las habilidades comunicativas, esta vez en un momento tan difícil para una familia como es el fallecimiento imprevisto de un ser querido, para cuestionarle por la posibilidad de la donación de órganos. Alonso apuntó que estos profesionales, para los que también éste es un momento muy difícil, “siguen unos cursos de formación específica para el control de las habilidades emocionales”, ya que no es lo mismo “abordar a una familia sumida en una situación muy trágica de forma espontánea” a conocer cómo tienen que actuar, “desde la serenidad, la paciencia, el cariño y la ternura”.
Otros de los temas que abordará el seminario serán las pautas de actuación ante pacientes problemáticos, entre los que se encuentran los “impacientes, los agresivos, los psicóticos o los histéricos”, haciendo un apartado especial en el tratamiento de niños y adolescentes. Además, el curso tratará de explicar las mejores formas a la hora de transmitir una mala noticia, “una labor bastante difícil, incómoda y dura” para las dos partes, así como la puesta en marcha de “un pequeño taller de cómo hablar en público”.
Vía | Huelva Información
hola buen dia en busca de comentarios encontre esta pagina, necesito saber que tanto afecta la relacion paciente – terapeuta esto es cuando tienen relaciones sexuales y romance me podrias ayudar a saber si es problema de transferencia?
Afecta mucho, ya que cuanto menos implicación emocional exista entre ambas partes será más factible el conseguir una relación terapéutica en la que el terapeuta ayuda al paciente, en lugar de protegerle. Por eso, tener relaciones sexuales o romances es contraproducente, además de poco ético.