La actual situación vivida por Pau en Lakers, siendo epicentro de la rumorología de traspasos, me ha hecho empatizar con él y aventurarme en la idea de que, por primera vez en su carrera deportiva profesional, tiene que haberse sentido una pieza prescindible, alguien por el que no merecía la pena apostar todo.
Obviamente, creo que todos estamos de acuerdo en que a nadie le gusta pasar por esa situación en la que hay que luchar mentalmente contra una realidad que nos rodea y que nos dice que no somos más que un elemento más del paisaje, sumándole la sensación de pérdida de valor que hay de trasfondo en todo esto. Me pregunto si pensamientos negativos automáticos del tipo “Ya no soy tan valioso”, “Ya no les importo”, “¿Ya no soy tan bueno?” habrán rondado la mente de Pau con mayor frecuencia de la que él hubiera deseado jamás.
Esta situación tiene su reflejo en el mundo de la Psicología a través del fenómeno de la indefensión aprendida. Dibujaré estas líneas para establecer la correspondencia entre la teoría y los hechos acontecidos a través de los siguientes factores a tener en cuenta.
Ayuda al ego que haya más de un afectado
De entre todas las fórmulas de traspaso que sonaron me centraré en la que dejaba fuera de Lakers a Pau y Odom dirección Houston y New Orleans respectivamente.
Se dice que pasar por experiencias extremas une a las personas. En el mundo deportivo los dos extremos posibles están claros: derrota y victoria. No dudo que los miembros de Lakers guarden un sentimiento distinto hacia aquellos compañeros de roster con los que han ganado un anillo. De hecho, es inevitable: la mera presencia de alguien que te evoca tus éxitos pasados te resulta estimulante. No obstante, en el caso de grandes jugadores, considero que las primeras veces son las más importantes.
La mayor parte de estrellas recuerdan con especial cariño su primer título porque supuso ese paso hacia adelante para tocar el cielo que tantas veces habían intentado palpar con la yema de sus dedos y al que parecían no poder acceder hasta ese momento. Entendemos por tanto lógico que para los jugadores sean especialmente importantes su primer anillo y, por la misma lógica, el último conseguido. En el caso de Jordan (que creo que por extraordinario, no sirve de ejemplo comparativo para ningún otro jugador, deportista o persona) resulta obvia esta afirmación.
El caso de grandes jugadores que tienen la fortuna de ganar varios anillos en su carrera deja en evidencia que es probable que en esa balanza de éxitos (anillos conseguidos) versus fracasos (derrotas, malas regular season, fracaso en playoffs, malos números individuales, traspasos) sobren momentos positivos tras restarles los negativos. Uno de los motivos para esto es que cuantitativamente haya más momentos positivos (victorias) que negativos (traspasos a equipos menores).
En el caso de Pau, este intento de trade suponía su segundo traspaso pero el primero en el que salía perdiendo. Por tanto, no dudo al afirmar que este momento le ha marcado en su carrera porque es el primero en el que perdía valoración. El hecho de ir acompañado en este viaje por Odom es beneficioso para Pau ya que en el caso del alero también era incomprensible hablando en términos de rendimiento su salida de Lakers por lo que ambos pueden apoyarse en el otro para apuntar hacia una mala gestión de la organización. De hecho, Odom se basó en este mismo principio usando a Pau como pantalla sobre la que criticar a la organización.
“Imagínate cómo se siente Pau. Llegó a los Lakers y ha jugado aquí cuatro años, llegó a las finales y perdió, ganó dos campeonatos de la NBA y luego sufrió la barrida de los Mavericks esta primavera. Imagina cómo debe sentirse”.
De hecho, las declaraciones de Odom eran totalmente contrarias a las de Pau y hacían presagiar que para la franquicia angelina la permanencia del primero era fuente de desequilibrio dadas sus declaraciones y negativa a entrenar, lo cual mostraba el duro golpe que su ego había sufrido al ser ofrecido con un lazo y papel de regalo para ir a jugar fuera de LA. Finalmente, se presentó la oportunidad de dejarle salir descargándose de su salario la franquicia amarilla con la intención de pujar por una gran estrella que aún no ha desembarcado en la terminal de LAX.
A partir de ahora, veremos en medios de comunicación, cómo cuando se hable de traspasos y salga el nombre de Odom inmediatamente el periodista lo asociará al de Pau por esa asociación de ideas que les ha ido ir de la mano en este período final de lockout. Asimismo, no dudo sobre el emotivo abrazo que se darán ambos en su siguiente enfrentamiento sobre el parquet. Atentos todos a ese momento, ese gesto no será entre dos ex-compañeros sino entre dos jugadores unidos por una injusta decisión de la misma organización, por lo que esa instantánea nos revelará mucha más emoción que el abrazo o saludo (en caso de producirse) de Odom con Kobe cuando proceda. También tendrá mucho que ver en la reacción de Odom la camiseta que vista Pau en ese encuentro.
Relevo de poder en la hermandad Gasol
El status de ambos Gasol en la NBA no dejaba duda hasta este comienzo de temporada de que el más exitoso de ambos era Pau. Con el megacontrato firmado por Marc y los rumores de traspaso de Pau esa situación ha experimentado un giro de 180 grados que coloca al hermano menor como el que actualmente es más valioso hablando en términos de la liga norteamericana.
Paisaje único, impredecible hace unos meses y para el cual no hay un “manual de instrucciones” que seguir porque jamás se ha producido este hecho. Era de esperar que, lógicamente, se produjese por el bajón físico precoz que experimentará Pau en comparación con Marc debido a su diferencia de edad pero no estaba en ninguna bitácora en este instante.
¿Cómo afecta esta situación a Pau? Sin dudarlo, es un elemento más en ese paisaje que no reconoce como cierto en la competición. Digamos que es esa gota que se añade al vaso de novedades que tiene que afrontar este año en la competición. Por fortuna para Pau, él percibe (o al menos eso transmite en sus medidas declaraciones públicas) el vaso medio lleno, con lo cual esa gota será un plus de motivación para demostrar que no está acabado y que el que haya sido minusvalorado para permanecer en LA no es atribuible más que a una mala gestión de la organización.
Por tanto, pese a que pudiera resultar contradictorio, el mayor de los Gasol encontrará un incentivo en demostrar que su ADN va ligado al éxito en la liga norteamericana y el recién adquirido estatus de Marc será un incentivo para ello.
Convivencia con quienes te han “traicionado”
Messina ha declarado que la actitud de Pau siempre ha sido muy positiva. De tratarse de otro tipo de jugador más egocéntrico (tipo Odom) haría mismo su situación sería insostenible pero él ha sabido centrarse en ser un profesional y disponer del daño al ego como un recurso secundario al que sólo deja en primer plano para motivarse.
Sin embargo, una convivencia no es sólo cosa de uno, por lo que las buenas actitudes de Pau se verán mezcladas con la intolerancia de un divo como Kobe, al que todos sabemos que la llegada de (más que previsibles este año) derrotas puede hacer que intente cambiar la situación tensando la cuerda para que se rompa por el lado más débil. Ahora mismo, ese papel de debilidad le corresponde a Pau, por desgracia.
Tengo muchas ganas de ver la dinámica de los componentes del equipo en una dinámica perdedora. Elementos para el morbo hay muchos: ver al nuevo coach Brown (otra gota más en el vaso de cambios que afronta Pau) gestionando un grupo con estrellas tras quedar claro que no vale para dirigir estrellas sino para subordinarse a ellas, esperar la salida de tono de Metta World Peace al verse relegado al banquillo como así parece ahora mismo, la dinámica Kobe – Fisher tras las largas negociaciones lockout de las que al final Bryant se desmarcó desacreditando a su compañero y representante…
Conclusiones
Volviendo al título de este artículo, ¿un jugador aprende que está indefenso en la NBA? El concepto psicológico de indefensión aprendida hace referencia a aquella situación prolongada en el tiempo en la cual el sujeto aprende que con sus acciones no puede controlar lo que le suceda. En su versión de laboratorio, el experimento prototípico consiste en enseñar a una rata wistar que golpeando una palanca recibirá alimento. Tras este aprendizaje, se la frustra no dándole ese alimento pese a que golpee la palanca. En una última serie de ensayos, tras golpear la palanca se le administran aleatoriamente descargas eléctricas, alimento o nada. Ante esta situación la rata se arrincona en una esquina (respuesta instintiva de supervivencia) y muestra miedo (movimientos descoordinados, temblores) y cada vez golpea menos la palanca por temor a lo que eso pueda provocar.
¿Es equiparable este ejemplo en jugadores NBA? ¿Aprenden ellos que no controlan lo que suceda en los despachos? Respondo con un rotundo sí. ¿Muestran reacciones institivas de superviencia? Sí, cada uno de forma acorde a su estilo de personalidad. El ejemplo más claro es la reacción de Pau (siendo positivo en sus declaraciones) y lo diferente que ha resultado el proceder de Odom (aludiendo a su ego herido, negándose a entrenar, forzando su salida). ¿Un jugador NBA y las ratas del ensayo tienen cosas en común? Desde luego que sí. Al igual que cualquier ser vivo, ambos sufren al no poder controlar lo que desencadenarán sus acciones y temen que consecuencias negativas (traspaso, shock eléctrico) acontezcan tras acciones positivas (jugar bien, dar a la palanca).
Por tanto, ¿qué supone esta situación para Pau? Una fortaleza. Está adquiriendo un “manual de instrucciones” nuevo. Hasta ahora no sabía cómo aplicar sus habilidades para sobrevivir en un ambiente hostil donde no le querían. Al principio eso le habrá hecho daño pero cada día que permanece en LA confirma que sus acciones no son tan insignificantes como parecían el día que propusieron su marcha a Rockets.
A día de hoy está en LA, entre otros factores, por su actitud (mostrada a través de hechos: siempre entrenar, trabajo con la comunidad en el NBA Cares de Lakers, atención a medios, no hace declaraciones polémicas) por lo que está recuperando sensación de control sobre su entorno con, lo más importante, la sabiduría de que esa situación puede tornarse mañana en un traspaso para el cual estará preparado a nivel de ego ya que ha superado el primero. Aún sigue en pie.
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