Salud es fluir y respetarte

¿Qué es para ti la salud?

Coloquialmente decimos que deseamos que jamás nos falten salud, dinero y amor. Dinero es tangible y se mide por tu saldo bancario. Amor es más subjetivo porque puedes estar rodeado de gente que te quiere pero no sentirte querido, y viceversa. Salud, es para mí, el término que acepta más variaciones a la hora de definirlo por las excesivas (e ineficaces algunas) formas que hay de medirla.

Para mí existen 2 claves totalmente diferenciadas pero complementarias para alcanzar la salud en su sentido más amplio:

Clave de salud 1: fluir

En mi experiencia personal, ante un reto siempre he llegado a la misma conclusión. Hay que fluir ante él. Nunca oponerse, sino adaptarse. Al final somos como ese junco que se mece ante el viento para no partirnos. El viento es la vida, con sus retos. Nosotros ese junco que fluye gracias a su flexibilidad.

junco-salud

 Tener la capacidad de fluir es algo que se adquiere durante el transcurso de tu vida. No es algo que podamos dejar para nuestros días ya que nadie te asegura que vayas a seguir viviendo mañana.

Tenemos la falsa creencia de que moriremos siendo ancianos pero eso no está garantizado. ¿Cuántas personas conoces que no han llegado a ancianos por un accidente de tráfico? ¿Cuántas personas no han podido tener una salud digna debido a que no han sabido cuidarse a tiempo o no disponían de un seguro de salud que les protegiese?

Más personas de las que a priori creías no han llegado a esta franja de edad. Lo que debes de hacer es intentar no ser una de éstas y tener siempre la ocasión de disfrutar de un nuevo día para aprender cosas nuevas, reaprender lo olvidado y desaprender lo nocivo. Y que cada día sea una nueva oportunidad para progresar, como ese junco, que pese a un poderoso viento jamás se rompe.

Clave de salud 2: jerarquía de amor

Una de las cosas que caracterizan a las personas con una buena salud es su deseo de vivir porque entienden que la vida es un campo lleno de recursos donde pueden encontrar todo lo bueno que merecen. Quizás dicho así resulte muy poético pero es más práctico de lo que te piensas.

Supongamos que eres padre o madre. ¿Quieres lo mejor para tus hijos? ¿No te levantarías cada mañana para darles la mejor vida posible? ¿Harías por ello cualquier cosa que hiciese falta para conseguirlo?

CURIOSIDAD

En los campos de concentración nazi las mujeres que más tarde morían eran aquellas que tenían hijos pequeños. ¿El motivo? Tenían una razón para vivir: tenían que cuidarles. No morían porque no podían permitirse morir y dejar a sus hijos solos en el mundo.

Es fundamental, para gozar de una buena salud, tener motivos por los que vivir y siempre desde un término medio. Recuerda que todo en extremo resulta nocivo, incluso el amor. Por ejemplo, ¿y si atiendes a los demás mejor que a ti mismo/a? ¿Eso es sano? Aparentemente tienes tantas ganas de ayudar y dar cariño que sería positivo actuar por esa razón pero es totalmente nocivo si en ese proceso te desatiendes.

Este mecanismo es algo innato que reside en quienes nos pasamos de empáticos en ocasiones, dando todo por los demás. A mí me ha pasado recientemente y lo expliqué en el podcast y en el canal de Telegram

La receta de la salud

Fluir ante las dificultades y respetarte en el camino de atender a los demás mediante el cariño. Si te das a ti al menos tanto como a quien das no te desatenderás. Recuerda, si bailas al ritmo que marcan los obstáculos a los que te enfrentas lograrás armonizar tu frecuencia en la vida y crecer.

Deja un comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies