Pon en práctica hablar desde el Yo en tu día a día para ganar en honestidad, autoconocomiento y, sobre todo, cuidarte no intoxicándote con lo evitable.
¿Has reparado en lo fácil que te resulta hablar de tus sentimientos cuando estás al límite? De hecho, más que hablar explotas. Literalmente. Rompes a gritar o llorar y por tu boca brotan todas esas cosas que llevas almacenadas y se han enquistado en forma de dolor, rabia, culpa, ira, pena, etc.
Esto es explotar por acumulación, porque ya no puedes acumular más emociones negativas y rebosas. Si has acumulado malas energías emites malas energías. Por eso es imposible explotar y hablar en términos normales o sin perder la compostura.
¿Y si en lugar de acumular drenas cualquier cosa que te afecte diciéndolo cuando lo sientes? Esto que parece difícil en algunos contextos puede ser lo más natural y saludable que puedas hacer en tu día a día si hablas desde el Yo.
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