Según la leyenda, Eróstrato incendió el templo de Diana, en Éfeso, para pasar a la posteridad, ya que no tenía ningún mérito para conseguir fama. Forma peculiar al complejo de inferioridad de gran incidencia criminógena.
No importan los medios con tal de distinguirse, sobresalir, que se hable de uno.
Declaración frecuente en los cuarteles de policía: “Lo hice porque quería salir en los medios”. Haebig, el asesino de la calle Dardignac, ejemplifica el complejo.
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