Nombre global dado a las dolencias “psicógenas” de la piel. Se ha observado proclividad a las dermatitis psicosomáticas en personas que se ofenden con facilidad, que se sienten agraviadas, con o sin motivo.
En general las alteraciones dérmicas desaparecen cuando se reestablece el equilibrio autoestimativo y desaparece el sentimiento de agravio.
El nombre, creado por el psicoanalista norteamericano Félix Deutsch, recuerda al patriarca bíblico Job, quien tuvo que soportar como prueba divina, todo tipo de sufrimientos y plagas, incluyendo ulceraciones de la piel.