El nuevo portero de discoteca en la Comunidad Valenciana: psicólogo y con primeros auxilios

La muerte del joven Álvaro Ussía tras se apalizado por varios porteros de discoteca en un local de Madrid ha reabierto el debate sobre el perfil de estos profesionales. Las agresiones de este tipo ocupan espacio habitualmente en los medios de comunicación. El Consell valenciano aprobó ayer una regulación para cuadrar el perfil de las personas que se ocupan de la seguridad en los locales de ocio.

La imagen de brazos musculosos, pinganillo en la oreja y mirada de matón dará paso a una formación obligatoria y con un nivel de estudios mínimo. Un buen físico no será garantía para encontrar un trabajo como seguridad. Habrá que cultivar más la mente.

El pleno del Consell estableció ayer dos pruebas necesarias para optar al puesto de portero de discoteca. La primera que deberán superar los aspirantes será un examen psicotécnico. La segunda consta de varias partes: una prueba teórico práctica sobre conocimientos jurídicos, de psicología y de primeros auxilios.

El objetivo es aparcar la fuerza bruta. El portero de discoteca no debe ser un tipo capaz de acabar a mamporros con un grupo de clientes del local. La idea es que se convierta, a través de la palabra, en un trabajador con capacidad para persuadir al cliente que puede dar problemas de que deponga su actitud. El clásico ‘mazas’ da paso al negociador. Además, es vital unos conocimientos sanitarios por las posibles urgencias que se pueden dar en estos locales, bien sea por peleas o por intoxicación etílica.

Pero superar la prueba no significa que por tiempo indefinido el portero de discoteca puede ejercer el cargo. A los cuatro años tendrá que someterse a una revisión. El objetivo es garantizar “el continuo reciclaje” de los profesionales de este área.

El tercer requisito es que el aspirante sea una persona con estudios. No se exigirá una licenciatura, pero como mínimo el nuevo portero de discoteca que quiere implantar el Consell deberá estar en posesión del título de graduado en Educación Secundaria o formación profesional en grado medio. Es obvio que ninguno de los aspirantes deberá tener una condena por delito contra las personas o el patrimonio.

El protocolo que va a establecer la Generalitat obliga a que el derecho de admisión en los locales de ocio se haga siempre con respeto hacia las personas: “No cabe discriminación por nacimiento, raza o religión, entre otras”. La normativa sí que permite condiciones particulares de admisión, “cuando sean objetivas, públicas y aplicadas a todos por igual”.

La Generalitat podrá retirar la condición de portero de discoteca a aquella persona que haya superado la prueba “si incumple la normativa”. Existirá un registro con todos los profesionales cualificados, que a su vez contarán con un carné.

El vicepresidente primero del Consell, Vicente Rambla, explicó que el protocolo aprobado por el Gobierno valenciano amplía la normativa que regula el derecho de admisión y que fue aprobada por la Generalitat valenciana hace siete años.

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