Uno de los grandes timos de nuestro tiempo es la abundante cosecha de gurús o todólogos (“todo lo sé”) que hay por doquier.
Este perfil suele tropezar siempre con el mismo error: se vende como conocedor de la naturaleza humana y renuncia a su propia condición al situarse en un plano superior de no cometer errores.
No es por ser negativo pero ¿qué sería de las personas sin los errores? Por naturaleza, no seriamos personas si no erráramos. Quiero decir, el error es necesario.
Por experiencia sé que muchas veces no es bueno llegar a algo por el camino más corto. En muchos casos, por no decir todos, es necesario el trayecto extra que damos desde nuestro punto de partida hasta la meta. Cierto es que muchas veces tenemos la sensación de no avanzar, de ir dando vueltas, de haber cogido el camino más corto o de habernos perdido en mitad de trayecto. Todo eso es parte de la condición humana, como lo es la satisfacción al alcanzar el destino y la satisfacción extra de llegar a la meta con un enriquecimiento conseguido por el camino.
No nos queda otra opción que enriquecernos a nivel personal ante las dificultades, profundizar en nosotros mismos cuando las cosas no vienen de cara y tratar de comprender por qué suceden las cosas y cómo enfrentarnos a ellas.
A mi entender el error es el mecanismo que activa todo el proceso de desarrollo personal, por tanto, ¿por qué tanta gente se empeña en ocultar que cometen errores? ¿Qué deshonra hay en reconocer que hacemos cosas fallidas?
Nos han educado para evitar el error pero no nos han educado para reconocerlo y enriquecernos de él.
Nos han educado para admirar a los que no fallan pero no nos han educado para admirar a quienes reconocen sus fallos.
Hola! muchas gracias por el post.
Es cierto que cuesta reconocer errores propios, sobre todo, tendemos a señalar los que cometen otros con nosotros a fin de sentirnos libres de culpas. Por esto, hay más lecturas de cartilla que entonaciones del mea culpa.
Confío más en que cada uno sepa lo que tiene que hacer con sus comportamientos y reacciones, que en el ajuste de cuentas.
Y sobre todo creo en la necesidad de que cada uno haga su propio trabajo para mejorar sus relaciones y comportamientos, en lugar de justificar nuestras conductas en base a actos y reacciones frente a ataques ajenos.
Considero que no existe el acto-reacción, sino sólo consecuencias de nuestros actos.
Todos somos responsables de nuestros comportamientos, sean fruto de una afrenta o no.
Saludos,
Laura
Me alegro de que te haya gustado, Laura. Estamos en la misma línea de pensamiento. Saludos.
Me alegro mucho de la sintonía.
No obstante, quería consultarte. Es necesario hablar cuando ha existido una fricción para aclarar puntos o debemos entender también que cada uno es más que consciente de sus errores?
Yo si entiendo que pueda haber cosas que aclarar o que comentarle al otro, para que sepa lo que te hace daño, pero pienso que eso debe venir después de reconocer los errores propios ante el otro, ya que en este caso, el orden de los ingredientes, sí altera el producto final.
Gracias y felicidades!
No creo que haya una regla maestra que seguir en este tema. Los detalles de lo sucedido y de quiénes son las personas envueltas determinarán qué hacer.
Conforme. Gracias de nuevo.