Cada palabra que utilizamos vibra a una frecuencia determinada. Frecuencias altas (positivo) y bajas (negativo). Si queremos atraer cosas positivas nos interesa vibrar lo más alto posible. Pero esto es complicado si la resonancia de las palabras que utilizamos día a día nos atan a frecuencias bajas.
De hecho, esto es aplicable también a las palabras que nos acompañan de por vida como nuestro nombre, apellidos, ciudad de nacimiento, lugar de residencia, profesión, etc.
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La resonancia de las palabras que conforman nuestra esfera personal está continuamente creando un paradigma de realidad donde todo lo que vibra a esa frecuencia encuentra acomodo en tu realidad.
Desde el desconocimiento se suele hablar en términos de “atraigo lo malo” o “tengo muy mala suerte”. Teniendo la información adecuada la interpretación más acorde es “todo lo que me rodea vibra a una frecuencia que me ancla y no me permite avanzar”.
El conocimiento es poder y aquí voy a contarte algunas cosas que pueden ayudarte a empezar a tomar consciencia en tu vida de todo lo que te influye. Valora tú si la influencia que recibes es positiva o negativa para, consecuentemente, realizar los cambios que consideres adecuados para tener la mejor vida posible.
La resonancia de las palabras que usas con tus seres queridos
Vamos a utilizar como ejemplo a Maradona, para muchos el mejor mejor futbolista de todos los tiempos.
Seas o no aficionado al fútbol te sonará su nombre y sabrás que su vida estuvo marcada por la droga. Curiosamente droga está compuesta por las mismas letras con las que llamaba cariñosamente a su madre: gorda.
Estaba muy apegado a su madre y estar apegado a la gorda encontró un encaje perfecto a nivel de resonancia con estar apegado (adicto) a la droga.
¿Significa esto que Maradona fue drogadicto por culpa (no resuena conmigo nada hablar de culpa aquí pero lo expongo así porque es el idioma cotidiano) de su madre? Rotundamente no. Maradona eligió. Su madre jamás le obligó a drogarse. No es culpa de ella.
Sin embargo, sí podemos decir que la droga encajó perfectamente en el mapa de resonancias que rodeaban la esfera emocional de Maradona por esta semejanza fonética. Por tanto, era inevitable que decidiera buscar el amor y el cariño en la droga al igual que lo hacía en la gorda.
El nombre con el que vienes a este mundo
Naces y te asignan un nombre. A veces heredado. Te llamas igual que tu padre, madre o te ponen un nombre resultado de la mezcla de ambos. Otras veces te llaman como la persona que falleció antes de tu llegada al mundo.
El nombre te asigna un hueco en tu familia y tener el nombre de tus padres te hará cargar toda la vida con la etiqueta de “tienes que ser igual que ellos”. El nombre de tu abuelo fallecido te hará vivir sin tener lugar propio porque cada vez que te nombren evocaran al difunto y tú serás invisible en el presente.
Amistades o parejas que comparten un mismo nombre
Hace tiempo te comenté en un directo en Twitch que hace unos años todas las chicas que conocía y con la que tenía una relación se llamaban Ana. En su momento no le di más importancia que “la casualidad”. En realidad, Ana es un nombre muy común. No le di más importancia.
Pasado el tiempo entendí la historia detrás de esta casualidad. Esa información la compartí en la Masterclass Desbloquear el Amor de mi Tienda. No puedo compartirla en abierto por respeto a quienes la han comprado pero si lo deseas puedes hacerte con ella aprovechando su precio rebajado y el código del 10% de descuento PACO (introduce el código en el Carrito de la Compra tras añadir el producto).