Recuerdo de una asignatura de la carrera de Psicología una frase grabada a fuego en mi mente:
“Un período de estrés mantenido y continuado provoca una bajada de las defensas del organismo una vez que este estrés desaparece”
Contradictorio al principio (¿Al desaparecer el estrés enfermamos? ¿No sería al revés?), cobra toda la lógica al pensarlo y, sobre todo, al vivirlo.
Para afrontar ese período de estrés continuado y mantenido, esa fase en la que no podemos bajar la guardia, hemos de buscar energía extra que nos ayude a dar la talla. La capacidad del ser humano como elemento adaptativo es tal que conseguimos tirar de esa reserva de energía, de ese extra, hasta que termina el alto nivel de exigencia y es entonces cuando pagamos el precio de haber estado por encima de nuestro nivel habitual de exigencia.
¿Recordáis cuando os poniais enfermos tras el período de exámenes? O, tal vez, ¿cuando te dolía mucho la cabeza tras estar trabajando muchos días a un nivel alto de exigencia? Todo esto son indicadores de que hemos estado por encima de nuestro nivel de energía y el desgaste ha sido excesivo.
Me he resfriado después de unos meses de alto nivel de estrés y es ahora, cuando puedo bajar la guardia, cuando mi cuerpo se recupera. Para recuperarse ha de tocar fondo y, por eso me he resfriado. Ni que decir tiene que el resfriado va acompañado de fuertes dolores de cabeza para dejar claro que mi organismo ha estado expuesto a niveles elevados de estrés. Asimismo, conforme pasan los días y mi nivel de relajación va in crescendo y se estabiliza mis síntoma están remitiendo.
Esto no quiere decir que para curarme tenga que relajarme. Por supuesto, estoy tomando medicación porque “el daño ya está hecho” y mi organismo está infectado pero mi nivel de relajación favorece que esa infección no vaya en aumento. Hay quienes defienden que con su mente pueden controlar cualquier sintomatología y erradicar cuadros médicos graves, con lo cual un resfriado sería muy fácil de evitar. Yo no he llegado a tener ese control sobre mi organismo, por lo que opto por medicarme para erradicar por completo mi enfermedad. Si llega el día en el que mi mente puede controlar hasta ese punto mi organismo y una patología lo diré, pero mientras tanto, las medicinas son una muy buena opción.
[…] Resfriados que empiezan en nuestra mente fjnavas.wordpress.com/2011/03/03/resfriados-que-empiezan-… por Francisco_José_Navas_Ai hace 2 segundos […]
[…] con mi anterior artículo sobre los Resfriados que empiezan en nuestra mente, cada año por esta época suelo enfermar y fue ayer cuando me di cuenta de que he estado durante […]
quien tiene buenas defensas no se enamora tan facil…
Si te refieres a defensas a nivel fisiológico no tiene relación ninguna el enamoramiento y la fortaleza de salud.
Si te refieres a defensas a nivel emocional y/o mental, puedo entender que tenga cierto sentido desde ese punto de vista tu afirmación, aunque en la mayor parte de las ocasiones esa “buena defensa” se basa en el miedo a haber sido dañado anteriormente.
Gracias por comentar.
Saludos.
Que hago mi cabeza me duele mucho y no encuentro medicina. Otra cosa que pienso mucho y por eso creo q me estoy asiendo baja mentalidad
Iris, la mejor solución en estos casos suele ser la más simple: acude a tu médico. Si hay una causa fisiológica para ese dolor él lo tratará con medicamentos. En caso de que no haya una causa aparente a nivel fisiológico se podría tratar de una somatización de un problema a nivel psicológico, en cuyo caso habría que ir al origen del problema para evitar su reincidencia.