En Argentina, un bastión del psicoanálisis crece en la oferta y la demanda de terapias más breves. Algunas combinadas con técnicas de meditación, yoga, visualización creativa y otras herramientas corporales. ¿Cómo son estos nuevos enfoques de psicoterapia? ¿De qué manera se trabaja? ¿A quiénes les sirven?
“Yo tengo 30 años de práctica psicoterapéutica, estudié diversas técnicas y armé una síntesis -explica la psicóloga clínica egresada de la UBA, Elisa Lion-. El método que utilizo se llama ‘Educación emocional para alcanzar objetivos’ y tiene como base el análisis transaccional, algo de Gestalt, de visualización creativa, de técnicas de meditación y bioenergéticas. Herramientas que sirven para hacer un cambio siempre y cuando la persona lo decida”.
Lion, que integra la comisión directiva de ALAD (Asociación Latinoamericana de Análisis Transaccional), comenta que la gente demanda cada vez más terapias breves que resuelvan los conflictos del aquí y ahora. “Hoy es todo tan vertiginoso. El tiempo de sentarte a evaluar qué te pasó cuando eras chico de algún modo te descoloca en relación al tiempo de la vida actual.
Creo que hay gente que necesita el psicoanálisis y le puede hacer bien si tiene tiempo de esperar a ponerse bien. Con las terapias más breves se apunta a buscar cómo estar bien en el presente. Uno, a pesar de todo lo que le pudo ocurrir, se puede hacer responsable de cómo quiere vivir”.
Las terapias breves, generalmente, se extienden de seis meses a un año con una sesión semanal. Y muchas de estas propuestas estimulan al paciente para que cumpla determinadas tareas. “Lo mío es una terapia de acción -agrega Lion-. El paciente sale del consultorio con una tarea pendiente para el próximo encuentro”.
Los deberes para el hogar que propone la terapeuta pueden ser desde buscar una foto de la infancia, leer determinado párrafo de un libro, hablar con alguna persona conflictiva, escribir o investigar algún tema relacionado con sus problemas.
“Le propongo conectarse con lo que le está pasando y que atraviese el obstáculo. Si el paciente está comprometido con la terapia, resuelve el objetivo y se va. Yo hago un contrato de trabajo para verificar los temas y medir resultados en común. Cuando el psicoanálisis habla de resistencia, yo hablo de bloqueos emocionales.
El problema es que la gente quiere tener cambios en su vida con la estructura vieja. No se puede. La estructura hay que moverla, por eso, propongo una terapia activa: el paciente tiene que realizar una acción distinta en su vida para obtener un resultado diferente. Repetir una y otra vez la misma acción conduce al mismo resultado no querido”, dice la autora del libro “Herramientas para vivir mejor”.
El cuerpo al diván
Dentro de los nuevos enfoques y técnicas que ofrece la psicoterapia está la opción on line (ver Psicoweb), inimaginable en tiempos de Freud, y también el yoga, la meditación y la visualización creativa. “Yo combino un enfoque psicológico con técnicas corporales -apunta el psicólogo Hernán Martín Crida, formado en psicoterapia sistémica. Es un abordaje mente-cuerpo y también holístico: mira a la persona y su entorno familiar y laboral”.
Su trabajo se aplica, especialmente, a los trastornos de ansiedad, el estrés y ciertas enfermedades psicosomáticas como, por ejemplo, colon irritable, contracturas crónicas y cefaleas”.
Crida, que practica yoga hace más de 20 años, usa la palabra como en una sesión de terapia tradicional y, además, realiza trabajos en grupo con técnicas corporales. Su método se inscribe en el marco de terapias breves. “El paciente hoy valora en una psicoterapia no sólo el hecho de mirar para atrás sino para adelante -agrega-. Quiere una terapia que busque el cambio, necesita resolver problemas.
Además, hay gente que sólo busca solucionar un tema puntual, no una experiencia profunda de autoconocimiento”.