Validación Social en Youtubers

La validación social es la sensación de que lo que hacemos gusta y nos permite ser miembros de un grupo al que queremos pertenecer como un igual. La validación social en una familia es sentirte un buen padre,  madre, hijo, hija… según sea tu rol. En un grupo de amigos sería considerarte un buen amigo y ver que eres tratado como tal o desempeñar el rol que creas que te corresponde (el gracioso, el mediador, el facilitador…).

Estos grupos son limitados, es decir, de pocos miembros. Se da la circunstancia de que todos y todas desempeñamos roles diferentes según el grupo en el que nos movamos. Por ejemplo, es factible ser un serio padre de familia y un amigo gracioso al mismo tiempo. La validación social tiene mucho que ver con la gente que tenemos delante y lo que sentimos que esas personas desean de nosotros.

Validación social medida a golpe de click

Imagínate si en vez de exponerte a un grupo reducido lo hicieras a un grupo global a través de internet. Imagínate que sintieras que lo que quiere alguien de ti es que le entretengas a cualquier precio, incluso a costa de molestar a otras personas. Imagina por un instante que pudieras medir tu aceptación dentro de este grupo global mediante el número de reproducciones de tus vídeos. Subirías un vídeo y sabrías rápidamente si gusta o no. Si no gustan tus vídeos la frustración te hará abandonar ya que no obtienes tu dosis de validación social. Esto le ha pasado a muchos youtubers, quienes incluso lo han anunciado con la intención de relanzar sus reproducciones y sentir validación social, aunque sea por compasión.

Esa falta de feedback en la validación social hace que los jóvenes, cuya personalidad aún no está forjada y curtida en fracasos derivados del paso del tiempo, cuyo aprendizaje por ensayo-error aún no ha dado tiempo a que suceda, se conviertan en auténticos yonkis de la atención recibida.

Casos de este tipo son cada vez más abundantes y entre ellos está el que recientemente se ha convertido en viral, el vídeo del youtuber MrGranBomba en el que insulta a viandantes a los que pide indicaciones, hasta que se topó con uno que no aguantó su insulto.

 

Plan perfecto para la validación social del youtuber

La violencia jamás está justificada pero en este caso era cuestión de probabilidad que encontrara esta respuesta en alguien que no acepta un insulto fácil a cambio de amabilidad. Lo triste es que el plan le ha salido perfecto a este youtuber y sus visitas se han disparado,  se ha convertido en trending topic y ahora ya sí que no puede abandonar su personaje.

Su rol en el grupo mundial está definido y es esclavo de seguir haciendo lo mismo para sentir que es aceptado. De hecho, en el vídeo subido a su propio canal explica a posteriori su indignación con argumentos bastante endebles pero ya le es imposible salirse del personaje. Quizás, la única posibilidad de que pida perdón sea porque le de más visitas en un futuro, aunque es poco probable que lo haga vistos sus mimbres.

Frágiles personalidades construidas a través de clicks en un reproductor.

 

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