¿Cuántas veces hemos escuchado que “hay que pasar página”? Si nos dieran un euro cada vez que lo oímos o decimos ya hay alguna persona que sería rica. Pero ¿qué significa exactamente pasar página? Porque en la interpretación que haga cada persona hay una variedad de matices que puede dar lugar definiciones contrapuestas. He aquí la mía.
Pasar página es cambiar el rumbo, es tratar de cambiar un folio emborronado por otro totalmente limpio y sin trazo, es empezar de nuevo algo que no te ha salido bien o simplemente desechar algo que no te agrada. Sobre mi definición, hay veces que recomiendo encarecidamene pasar página y otras en las que aconsejo que no hace falta arrancar ese folio y empezar otro nuevo, sino simplemente poner algo de tipp-ex sobre el fallo y continuar en esa misma hoja.
El riesgo de pasar página es tirar todo a la basura, a nuestro cubo de basura para ser más específicos. Ya sabes que en tu cubo hay de todo, desde experiencias desechadas por lo perjudiciales que fueron para ti (las que están en el fondo) hasta aquellas que están ahí por no aportar nada, ni negativo ni positivo (suelen estar en la superficie).
¿Crees que sería lógico que tiráramos cualquier cosa a la basura al menor error? Imagínate. Mañana te rayan el coche. ¿Lo mandas al desguace para comprarte uno nuevo? No, a no ser que seas David Beckham. Por lógica, es más que probable que lo sigas conduciendo igual pese a estar rayado o, si tienes un sentido de la estética del que yo personalmente carezco, lo lleves a un taller para que te reparen ese desperfecto y luzca nuevamente intacto.
Pasemos este mismo ejemplo al contexto de lo emocional. Cuando tienes un problema con alguien ¿qué haces? Tratas de resolverlo. Si es un problema muy grande o algo que por repetitivo y nocivo no tiene visos de solucionarse o de tornarse en algo bueno para ti es más que probable que lo tires al cubo. Directamente, descartado,no lo quieres más en tu vida. ¿Pero qué sucede en ese proceso desde que detectas que no te satisface hasta que decides descartarlo directamente al cubo? Durante todo ese proceso estás en la misma página, estás tratando de no pasar página porque cree que tienes solución. No haces otra cosa que echar tipp-ex sobre el problema tratando de reescribirlo de un modo mejor, tratando de presentarlo de un modo menos nocivo para ti y las personas que estén inmiscuidas. En definitiva, estás en la misma página tratando de mejorar algo que consideras que no está a la altura. Ese typp-ex emocional es el que te permite empezar de cero (relativamente) para afrontar cada nuevo intento de mejora, es decir, cada reescritura tras impregnar la hoja de esa capa de typp-ex que lo pinta de nuevo todo blanco e impoluto.
No sólo recurrimos al tipp-ex emocional cuando decidimos si deshacernos de algo y enviarlo al cubo o mantenerlo cerca de nosotros. Hay veces en las que hemos pasado página, por ejemplo terminando una relación, y esa persona vuelve a nuestra vida. Te darás cuenta del poder que tienen algunas malas historias para volver a tu vida porque logran este de modos no presenciales. Es decir, para que alguien de tu pasado vuelva a tu vida no hace ni tan siquiera falta que se persone físicamente. A veces basta con que alguien te hable de esa persona, que haya una fecha señalada que te recuerde o tan solo que no tengas nada mejor en tu vida, en cuyo caso, como bien sabes porque te lo dice la teoría del cubo de basura, tienes una enorme tentación de volver a rebuscar en tu propia basura y darle una nueva oportunidad.
No nos pongamos en el “peor de los casos”. No presupongamos que quieres hurgar en tus desperdicios. Digamos, por ejemplo, que estás en el momento en el que alguien te ha hablado de esa historia pasada y esa simple conversación ha traido a tu presente tus malas experiencias con esa persona, reavivando esos sentimientos encontrados que te hicieron descartarla en su día. Seguramente no sea nada agradable para ti estar, después de tanto tiempo, con esa persona en mente. Quizás pienses que este sea un gran momento para pasar página pero no. Pasar página es empezar de cero en la mayoría de cosas que rodean a tu vida. ¿Harías eso para evitar a un simple recuerdo? De hecho, ¿crees que por pasar página olvidarías un recuerdo negativo tan persistente? Jamás perderás de la memoria ese recuerdo ni deberías. El motivo es que gracias a ese recuerdo estás en la página que estás hoy. Si fue un hecho que te marcó tanto como para pasar página en su día no es de extrañar que vuelva pero ya no hace falta reaccionar a él con pasar página de nuevo porque eso implicaría cambiar cosas de tu vida. Ese malestar que sientes no es por tu actual contexto sino por todo lo asociado a tu mal recuerdo. Por tanto, ¿vas a tirar un bonito cuadro a la basura sólo por un mal trazo? No. Es éste el momento ideal para aplicar tipp-ex emocional.
Date cuenta de que tu actual realidad no está definida ni construida alrededor de este recuerdo. En el centro de tu página, donde está generalmente el protagonista o la protagonista de tu historia, no está esa persona. La página actual no está construida para dar luz a un recuerdo borroso, por tanto, ¿qué haces con los borrones? Tipp-ex.
El conocimiento más importante que has de tener claro es que tu cubo de basura te va a acompañar toda tu vida. De no ser así, jamás sabrías qué te hace daño y qué no. Es importante que sepas lo que no te conviene para recrearte explorando lo que sí te conviene. No hay que tener miedo a lo que no está en el cubo. Si no está ahí dentro es por algo. Por tanto, vive tu vida sabiendo que el cubo está ahí pero no la vivas mirando hacia el cubo. Sería tan ridículo vivir en función de las cosas malas que te han pasado como esperar encontrar algo exquisito para comer hoy en el cubo de basura de tu hogar.
