¿Pides perdón a menudo? Como todo, pedir perdón es recomendable cuando se hace en su medida justa. Es decir, cuando has errado. Pedir perdón como herramienta para caer bien o para sentir que encajas es de las peores cosas que jamás he visto hacer. El pedir perdón ha de ser congruente con la situación y proporcional al daño provocado.
[Tweet “Libérate pidiendo perdón. Hazlo por ti”]
Te chocará que escribo estas líneas hablando de pedir perdón como si fuera algo sencillo de pedir cuando en realidad es de las cosas que más esfuerzo nos cuesta algunas veces.
Por desgracia, vivimos en un contexto social en el que quien pide perdón está ligado en algún modo con alguien débil (porque necesita la aprobación de alguien a través del perdón) y torpe (porque ha cometido un error que ha de reparar). Estas son algunas de las posibles explicaciones a por qué mucha gente se enroca en no pedir disculpas bajo ningún concepto.
Te voy a contar la última vez en la que he tenido que pedir perdón. Me he visto obligado tras cometer un error con alguien que no tenía culpa de nada y con quien me descargué. Actué como un verdadero energúmeno. Te cuento mi experiencia y lo que hice para sentirme mejor. A mí me funcionó. Si alguna vez te ves en una situación similar espero que esta experiencia te sirva de idea sobre cómo poder salir del atolladero.
[Tweet “En este audio te cuento por qué tuve que pedir perdón ayer”]